El piquetito me llegó cuando estaba esperando a mi madre en un consultorio médico. En una de esas salas de espera aburridas y sin imaginación. Cómo no había llevado nada para leer y ya me había chutado mis periódicos favoritos en línea, pues agarré La Novedades de junio de 1990 o 1991, no recuerdo bien. Ahí venía la biografía de Salvador Dalí, capítulo tres. Por eso no me enteré bien a bien del principio o del final de su vida. Pero eso no evitó que rápidamente mi atención fuese captada por este misterioso personaje tan mítico por sí mismo que hasta su autobiografía miente continuamente. Cómo se desenvolvió como pintor y centro de atención de los medios internacionales por grandes periodos de su vida me parece interesante. Por ello decidí comprar su biografía hace algunos días en el FCE, desde donde os escribo en esta ocasión. Anoche terminé el mamotreto y quedé encantado y fascinado por Dalí y su pareja de vida Gala. Si quieren encontrar un poco de chisme, escándalo continuo y mucho humor negro, les recomiendo que se lean algún libro de la vida del catalán. Ya sea su autobiografía plagada de falsa información o biografías de varios otros autores (incluida su hermana) también repletas de incongruencias, les prometo que podrán dar rienda suelta a su inconsciente como lo hizo Dalí en tanto cabeza del movimiento surrealista.
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