Merry Christmas & Happy New Yea!!

En los últimos días (aka desde la cena), he estado viajando por el universo paralelo de México. Les mandé unos regalitos a algunes (¡para que no me digan que no doy regalos cuando lo siento!). La gran parte del tiempo la he pasado en Morelia y otro poco en tierra caliente. El rancho familiar resultó en nuevas expectativas para la vida. Por más que me negué a los proyectos agropecuarios de la Tapia, las vacas me persiguen desde la India hasta Michoacán de Ocampo. Allá en el campo vi muchas. De las que valen 8mil pesos hasta las de 17mil. Aprendí a clasificarlas poco a poco, a verles diferentes. Cuernos y cuernos, que terrible vivir una vida de fidelidad, ¿no? Las vacas si que lo creen, o al menos han aprendido a vivir con sus cuernos. Luego pues, mis días trascendieron entre mañanas montando a caballo por los campos de mango, tamarindo, limoneros y toronjiles. Descubrí que la Ceiba es la versión local del Baobab. En mis años mozos pasé varias horas contemplando los últimos en el sur de África. Ahí el árbol es mágico y sagrado. En Apatzingán, así como en Cuba y en el resto del Caribe, las Ceibas son la versión tropicalizada al América Latina. Cuando los esclavos africanos llegaron a Cuba, tuvieron que adecuar su religión (como muchas más sociedades en la historia). A falta de Baobab y dada la similitud con la Ceiba, encontraron ahí refugio. Es chistoso porque en Afrikanz (y en Swahili) "Baobab" significa el árbol que crece al revés, o con las raíces para arriba pues. La Ceiba era considerada un árbol sagrado entre las diferentes culturas Prehispánicas del área de Mesoamérica, tales como Mayas, Pipiles, Nahuas, etc. El Yaaxché, como le llaman en el idioma maya, representa el universo en tres planos, los cuales se comunican a través del árbol. Qué diría Antoine de Saint-Exupéry de haber sabido todas las propiedades del árbol del mundo del Principito. Tal vez sí que lo sabía. Las ramas nos permiten la apertura de los 13 cielos. La primera iglesia en Cuba, construida bajo una Ceiba, fue el punto en el que se fundó la nueva tierra. Hernán Cortes colgó a Cuauhtémoc de una Ceiba después de conquistar su imperio. En Perú preparan brebajes mágicos, al igual que en Colombia y en Brasil. Por lo pronto, admiro sus ramitas y lloré varias horas, encima de mi caballo, viendo una Ceiba muerta hace varias décadas. Mi caballo me vio con extrañeza.

Esperando pacientemente que termine el año, me refugio de regreso en Morelia. Preparando los motores para salir a Amecameca, del náhuatl Amaquemecan. Ergo, "amatl", como todos sabemos, papel. "Queme", lo que significa algo o el lugar del significado. Por tanto, el lugar en el que el papel significa algo. Ahí pienso terminar de redactar los hartos papeles que he estado preparando desde DC, la India y ahora en México. Recopilando recuentos, aventuras y experiencias. Tal vez todo este papel signifique algo, por lo menos para mi propia vida. Ya veremos. Por lo pronto espero tener visiones estelares de un cielo vidrioso, de un volcán dormido y otro activo. Simbolismo, para mí, de que estoy parado en la encrucijada entre el actuar y el laisser-faire. Entre el seguir y el detenerme. En la eternidad del tiempo.

Besos amplios y cariñosos, cargados de amor y mucha felicidad que les deseo en la totalidad del diario durante el 2009.

Nuevísima imagen!

Mi hermana tuvo el atino de tomarle una foto a la nueva versión (arreglos) de este Blog. Lo cual es bueno porque me empuja a finalmente anunciar formalmente la nueva imagen de nuestro espacio. Aquí reflejados en el espejo de nuestra propia imagen...

En la Carretera

He andado, nuevamente y gracias a los dioses, en la carretera sin parar. Después de mi regreso de la India me parecía imprescindible. El otro día tuve una mágica revelación en la carretera por medio de una foto que tuve la gracia de tomar. Se las presto para su deleite.




Post Scriptum. Nevermind los mosquitos aplastados por la velocidad del bólido!

Logros AIDS2008

Algunos logros de AIDS2008 a nivel global:


El Presidente de Panamá derogó la ley que hacía las relaciones sexuales entre hombres un acto delictivo, el último país en América Latina (sin incluir el Caribe) para eliminar los actos homosexuales del Código Penal.

El presidente de México, Felipe Calderón anunció la eliminación de la regla que exigía a las compañías farmacéuticas tener una planta de fabricación en México con el fin de vender sus drogas en el país, y ha hecho los bajos precios de las drogas una prioridad para su gobierno.


El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard habló en contra de la homofobia en su discurso de clausura y anunció que el gobierno local realizará la distribución de los nuevos libros de texto para escuelas públicas que tratan la educación sexual.


El ministro de Salud de India, Anbumani Ramadoss insto públicamente al Parlamento que derogara el artículo 377 de su código penal, que tipifica como delito "los actos contra natura" (incluidos los actos homosexuales), reforzando asi una declaración anterior a tal efecto por el magistrado de la Corte Suprema India, Bilal Nazki.


China anunció que en 2009 se levante la prohibición de entrar al país a las personas que viven con VIH.


La Coalición de Primeras Damas y Mujeres Líderes de América Latina en VIH anunció su compromiso con la eliminación de la TMI y la sífilis para el 2015.


Representantes de 30 Ministerios de Salud y 25 de los Ministerios de Educación en América Latina anunciaron priorizar la educación para la prevención del VIH y educación sexual en las escuelas como parte de su estrategia regional para el VIH / SIDA.


La empresa Merck anunció que reduciría su precio de Stocrin (efavirenz) en México en un 40% a partir de $777 pesos mensuales por paciente a $468 pesos (de alrededor de $77,50 a $46 dólares de los EE.UU.), y Isentress (raltegravir) en un 30% de $9,05 pesos a $6,85 pesos mensuales por paciente (de unos $903 a $683 dólares de los EE.UU.).


El Vice Presidente español María Teresa Fernández de la Vega, anunció la contribución de su país por un monto de €10,2 millones de Euros a ONUSIDA, de los cuales 3 millones prestarán apoyo a las actividades de la Iniciativa para la Vacuna contra el SIDA y 1,5 millones se destinarán a la Asociación Internacional para Microbicidas.


El Gobierno español anunció la inclusión del tratamiento de lipoatrofia a la lista de servicios cubiertos por el Sistema Nacional de Salud.

Como Obama se puede ganar la confianza del mundo

How Obama Can Win the World's Trust

Esclavitud Nuclear!

It's Nuclear Slavery

Este artículo de periódico lo recorté de the New Indian Express en el puerto de Kochin, India. Me parece interesante por ofrecernos una visión interna (de India) con respecto a la energía nuclear y como hoy parece haberse convertido en una "esclavitud nuclear" en vez de en una oportunidad.

Sin embargo, me gustaría agregar que creo que las posibilidades alcanzadas por "lo nuclear" en India fueron sin duda vastas. Veamos por ejemplo que desde las pruebas existosas en el desierto de Rajastán, EEUU ha puesto interés 'real' y ha finalmente integrado a India a sus mesas de negociación como un actor preponderante en el globo y en la región. ¿Por qué Bush toma así a un país asiático que no ha firmado el Tratado de No Proliferación y no hace lo propio con Irán?

El devenir del Tibet

Road ahead for Tibet still in darkness

¿Apoco no se les antoja?


¿Así apoco no hasta se les antoja una deliciosa LASAGÑA navideña en su SPAGHETTERIA local?

Incredible !ndia


28 estados. 22 lenguajes. 1,652 dialectos. 340 días soleados. Una muy calurosa bienvenida.

Muy querida Mamu

Muy querida Mamu

GABRIEL MENDOZA- La Jornada de Michoacán

A mí las presentaciones de libros siempre me salen medio cuchas por mi irremediable costumbre de acabar haciendo anécdotas. Como usted sabe, soy un simple y sencillo chamaco campirano, oriundo de aquí cerca, de la bella villa alpina de Jaripo, por más señas, de manera que el análisis profundo, sesudo, crucial, así como las consideraciones de forma, fondo, coyuntura, contexto, praxis y coadyuvancia –como dirían los letrados–, invariablemente me llevan a puras conclusiones de filosofía bien rancheras.

Para mi monda y lironda fortuna –y a veces para desgracia de mi auditorio– en el estudio de este maravilloso potaje que llamamos el mundo de hoy, el único lente que aprendí a usar es el del corazón. Francamente me cuesta mucho trabajo ver las cosas de otro modo, qué le voy a hacer… Es por eso que le escribo esta carta. No sabe usted cuanto me alegra, querida Mamu, que los caminos indígenas de doña Amalia hayan llegado hoy hasta Jiquilpan. Es, sin duda, prueba inequívoca de que el tiempo corre en espiral como las bolitas de chicle que compran los niños en las farmacias. En este inmenso bosque de caminos, el camino de usted, que es el nuestro, regresa recurrentemente hasta Jiquilpan, que es el sitio donde todo empezó hace más de cien años. El Jiquilpan nuestro de cada día es ahora más que nunca un símbolo del poder de las palabras. Usted es escritora, Mamu, estoy seguro que me comprende. La palabra Jiquilpan se asocia con soberanía, del mismo modo que tzeltal con dignidad, Anenecuilco con justicia, Carácuaro con decoro y Lecumberri con infamia… He leído el libro confeccionado por usted y nuestro gran amigo Julio Moguel, que es un entusiasta, genial y entrañable deschavetado. El texto me provocó alegría e indignación a la vez. Resulta –como todo lo que usted hace, Mamu– firme en su ternura y tierno en su firmeza. Y es un libro valiente. Tan valiente como quien lo escribió.

Otra persona –menos aguerrida y generosa– se habría abandonado a una vida regalada de club de golf y té canasta en las Lomas de Chapultepec. Otra persona no andaría de la seca a la Meca luchando por un país más justo y más próspero y porque el prójimo no tenga que agarrarse a balazos con el poder público para obtenerlo.

Otra persona, Mamu, no usted. Todos en esta sala sabemos perfectamente quién es doña Amalia Solórzano de Cárdenas. A este respecto, los comentarios sobran. Decía yo que Estampas para el recuerdo es un libro entrañable y clarificador, pero sobre todo es un libro que nos abre muchas interrogantes. La primera, por ejemplo: ¿quiénes son ellos, los sin rostro, los que tomaron un fusil de palo y pelearon hasta la muerte contra las metralletas del Ejército federal; contra las armas de un gobierno al que desconocían sencillamente porque nunca se había parado en sus comunidades durante siglos?…

Otra más, la segunda: ¿qué vamos a hacer nosotros, los con rostro, los que no creemos en el fusil (sea éste de palo o de pólvora) aunque comprendamos porqué quieren usarlo, los que no somos indios, ni españoles, ni negros, ni chinos, sino todo lo contrario (o más bien, la mezcla de todo lo contrario); qué vamos a hacer, repito, para no engullirlos, para no difuminarlos y extinguir su esencia, para no estorbarles en su proyecto de futuro, cualquiera que éste sea?…

Y una última, entre muchas más: ¿cómo diantres le hacemos para ponernos de acuerdo, para acabar de decidir quién va a pelear por los otros 50 millones de pobres que no son indios?…

Siempre he creído que el problema fundamental de nuestro país no son los distintos, insultantes e injustos desniveles económicos, sino los distintos, insultantes e injustos también desniveles históricos. Mientras millones de mexicanos luchan por dejar el siglo XX, unos pocos viven, benditos privilegiados, en el siglo XXI, y otra buena parte está atrapada en el siglo XIX. Algo así como la dramática paradoja de la hipercomputadora conectada a Hawai mediante una supercarretera de información, que convive con el infraburro cargado de leña y conectado a Azuayo mediante una suprabrecha del subdesarrollo. El Tenochtitlan que somos en perpetua tensión contra el Tecnotitlán que queremos ser. Y es precisamente un libro como Estampas para el recuerdo lo que nos puede ayudar a esclarecer porqué los cerveceros de Monterrey no pueden entender a los pozoleros de Chiapas o porqué los comandantes zapatistas parecen más misioneros de Bartolomé de las Casas que guerrilleros del Ché Guevara.

A lo largo de Estampas para el recuerdo, una mujer de su tiempo –es más– una creadora, una protagonista de su tiempo, y por lo tanto una mente de lucidez histórica innegable, ofrece su testimonio objetivo, desapasionado y a la vez comprometido, sobre la paz y la guerra; sobre los que pelean y los que parlamentan; sobre los que tienen buenas intenciones y los que nomás tienen buenos intereses. No sabe cuánto le agradezco Mamu, además, que sea un libro sin adjetivos calificativos, sin poses, sin nada qué justificar.

Se lo agradecemos todos ahora que se escriben tantos y tantos libros de nostalgia por el poder y de amor al autoelogio, o lo que es peor: que se escriben tantos y tantos libros para expiar culpas políticas.

No puedo terminar mi intervención sin platicarle una anécdota: cuando estalló el levantamiento de 94, Lázaro, Cuate y el que esto escribe nos echamos un round de sobremesa discutiendo sobre la guerra de Chiapas. Ellos dieron un punto de vista mesurado, como siempre, y yo, como siempre, aventuré unas cuantas opiniones bien chabacanas.

Recuerdo haber proferido que un movimiento armado era la antítesis de lo que el ingeniero Cárdenas nos había enseñado como método de lucha; y que el problema de los indios de México es que la izquierda los quiere de hijos, la derecha de criados y nadie de ciudadanos.

Y que a mí los movimientos armados me gustaban, pero no los comandantes, porque comenzaban como Marcos, que lucha para no gobernar, y terminaban como el comandante (Fidel) Castro, que tuvo que gobernar 40 años para medio componer las cosas; y además, dije, el escarabajo Durito me caía gordo por ridículo…

Atendiendo a su naturaleza, Mamu, cada uno de los nietos varones de usted me dio su respuesta: “Hay que esperar”, propuso Lázaro como buen político, y Cuate, en cambio, respondió como el artista que es, con una frase que en ese momento adquirió resonancias de poema épico: “¡Sácate a bañar!”, me dijo.

Tiempo después, cuando la guerra urbana en las calles de la ciudad de México me había endurecido y ya nada era sorpresa, tuve el extraño privilegio de apoyar a la caravana zapatista –yo, que tantos bloqueos de vialidad había enfrentado– en su entrada a la capital de la República. Habían ganado la guerra, Mamu, sin disparar un tiro.

Rompieron el cerco y tomaron el Palacio Legislativo para hacerse oír. Todavía recuerdo la gallarda voz de Esther doblegando sus armas ante la soberanía popular, y la temblorosa confidencia que Marcos balbuceó, como todo hombre que tiene sangre en las venas, sobre su desazón por no tener un hijo. Yo, Mamu, se lo confieso, sentí un gusto infinito de tragarme mis palabras, lloré como un muchacho, y bajo el sol calcinante, en esa tarde tan llena de personas, tan llena de mi país, sólo pude pensar que el señor general, usted y el ingeniero, han sembrado en una tierra muy fértil. Reciba mi cariño.

Tres ciudades sagradas y la conclusión perdida


Querides, el tiempo en esta semana se me ha ido volando en tres ciudades sagradas que a continuación relataré para su beneplácito (espero). En ellas he descubierto tres religiones en sus respectivos epicentros. Es decir, cada una de ellas representa la Meca misma de la ideología que parece preponderante en la región. De colada va una que es el desquite de la ruptura de esquemas y la conclusión: Aram se rasca la cabeza dudosamente en signo de no entender nada. O dicho de otra forma, pondera si tener nuevamente fe en la raza humana o no.

Amritsar. En el noreste, a pocos kilómetros de Paquistán. La disfrute y la sobreviví. Sin cuarta guerra entre ambos países. Sin armas nucleares que las partes tienen y que, irónicamente, dicen no necesitar por aquello del desarmamiento mundial. Ambos con la bendición de EEUU. Pero para todo lo que no respecta a las diferencias políticas entre musulmanes e hinduistas en la región, Amri (corto de cariño), es la capital de los Sij, una divertida religión creada en el 1500 por un señor que se dijo a si mismo: "no me terminan de convencer con sus castas (cosa bastante interesante por decir antes de que estuviese de moda ser todos iguales) y la neta es que Allah nos dejó muchas tareas". Entonces pues, se hizo a la idea de juntar ambas corrientes y echarles un poco de su cosecha en forma de contratar a un músico (su Sancho) y hacerle tocar su guitarra por horas y felices días en lo que él cantaba alegremente unas tonaditas que hoy se definen como "himnos" y que resuenan en la paredes del templo de oro de 3am a 10pm (sin parar!). El grupito de amigos que le siguió decidió que lo suyo era la guerra y que por ello pelearían a muerte por defender sus derechos de hacer su religión (eso ya no fue tan novedoso porque claramente era ya muy popular entre toda religión que yo conozca para este punto de la historia). Pero además, le agregó un par de cosas que a cualquiera le parecería medio innecesario pero que le identifican sin más: el cabello es sagrado y no se debe cortar, para representar sabiduría; hay que peinarlo diariamente con un ´peine sagrado´, para tener en que pasar las tardes y representar paciencia; hay que atarlo en un turbante bien ajustadito para denotar honor; ropa interior sueltona para la humildad, y un sable enganchado en el cinto para la bravura. Además, hay que dejar que todos coman como hermanos y recen como pares. De ahí es que el templo de oro se convierte en mi tercer punto favorito en la India después de todo. Ya no sean flojos y wikipedienlo o googlenlo para que no me tengan describiendo. El punto es que es el espacio más espiritual en el que he estado hasta el momento. Por la mañana hay que lavarse los pies antes de entrar al templo (a bañarse, pero eso me lo salté). Lo que sí hice fue sentarme por horas a ´cantar´ y después hipnotizado por los sermones de un viejito a quien no entendía, por horas más rezando. Todo para salir al parque en el que mas de 2,000 indios fueron masacrados por británicos en un festival Sij por demás pasivo hace un poco mas de 50 años antes de la independencia India. El escenario es el mismo en el que hace 11 años (1997), la reina del imperio misma vino a dejar ofrenda descalza y el Duquecito de Edimburgo causó problemáticas internacionales para el recién seleccionado Blair cuando dijo: "yo leí de buena fuente que no fueron 2,000, están exagerando!". ¿Les había yo mencionado que los Sij son adictos a la guerra?. Bueno, pues si no quedó claro después de los museos de balística bien museografiada que hay ("bala", "cañón", "otra bala"), pues siempre está recordar que Indira Gandhi fue asesinada por sus dos guardaespaldas Sij después que la doña mandó sacarlos a toditos del templo de oro hace 50 años, que porque no fuese a ser que como los musulmanes se quisieran andar con miramientos separatistas (ejem... Paquistán y Bangladesh).

La clase de historia sigue...

Segunda, Dharamsala. Llegué corriendo después de los sijs, pero todo se calmó con el frío de las montañas que corría a toda premura desde los Himalayas. El hotel, congratulado hasta el éxtasis por su servilleta, además de sobremanera barato tuvo la gracia de ofrecer una ventana que daba a la residencia del Dalai Lama. Dormí iluminado (por el Dalai porque la luz se fue a eso de las 8pm). A la mañana siguiente descubrí un pueblo lleno de sonrisas amistosas por doquier. Lejos quedaron las miradas penetrantes del resto de los connacionales. Rápidamente descubrí que había llegado a Asia continental con los rasgos de las caras (ojos), las sonrisas, el idioma (tibetano) y claro CNN Asia. Los monjes por doquier me recordaron lo sencillo de la vida. Para mí lo sencillo consistió en comprarse suéteres de cachemira y cobijas para aguantar las corrientes ventiscas. Luego pues, me vi con el suficiente calor de espíritu como para recorrer cerros enteros de templos budistas sonando campanas tibetanas a todo pulmón (fuerza de brazo) para esparcir mis plegarias por el Tibet. La museografía aquí era horrífica, no porque fuese mala (claramente aquí si llega dinero internacional para esparcir el conocimiento) pero porque la historia misma es detestable. Lloré un poco y habiéndome calmado, me dirigí al centro del gobierno en el exilio. Maravillosamente y con un excelso ejemplo arquitectónico de lo que yo he denominado "construcción de lego" (cuartito arriba de cuartito apoyado en esquinita, etc) apareció el parlamento, el congreso, ministro de educación con casa de cultura incluida, escuela pública, ministro de finanzas, etc, etc, etc. Pensando yo que había que descansar para seguir recorriendo oficinas burocráticas me senté en el templo de la escuela secundaria en donde me invitaron a jugar fútbol (otra muestra de que esto no es India, no hay cricquet!). En fin, habiendo retomado mis fuerzas, me dispuse para recomenzar cuando me encontré con la sorpresa de que ya se había acabado lo que ver. Que maravillosa burocracia que recorres todas las oficinas imaginables en apenas una hora! Descansé y de todo corazón vibré que algún día los tibetanos recuperen su autonomía e independencia sin que en el entretanto se pierdan sus tradiciones y rica cultura. Para mis adentros sé que no sucederá, por eso de que en negociación uno tiene poca (poquísima) ventaja, cuando no tienes nada que ofrecer. Y ese es el caso para los chinos... no les interesa en lo absoluto lo que "Tibet" tenga que aportar. Por eso el Dalai decidió retirarse de toda negociación con China hace un par de semanas y por eso China nunca reconocerá a Tibet como un estado-nación distinto.

Tercera, pero no última, Rishikesh. La capital del New Age y espacio en donde los Ashrams pululan. Además, claro, renombrado por ser el pueblito al que los Beatles llegaron a meditar hace varias décadas. Sin mucho ánimo de ver lo que juré sería una ciudad cualquiera llena de hippies yogistas buena oooonda- descubrí unos maravillosos puentes colgantes por sobre el Ganges. Aquí si me bañe sin preocupación alguna pues el agua incluso cristalina corría de forma fluida. Por la noche me aventuré a recorrer el pueblo y de pronto me vi envestido por un toro. Para recuperarme del cornazo (literalmente), me senté en un templo a ver una estatua de Krishna. Para mi sorpresa en minutos me vi rodeado del coro cantor de niños de Krishna, o lo que yo así llamaría para animar al turismo, y entre Oharams Krishnas en las escalinatas del Ganges limpio se prendió el fuego sagrado y se sentó el gurú a alzar sus plegarias para las varias deidades (sobre todo Krishna) y para la paz mundial (flower power!). Una vez más no pude evitar dejar salir un poco de sentimiento al entenderme envuelto en tanta pasión por pocas oraciones que ponen su granito de arena en el mejoramiento generalizado de la población mundial (ouurales y yo que no juntaba a los hippies yogistas buena ooonda!). Canté y bailé al compás y al protocolo. Padre gurú me bendijo con agüita del Ganges que puse en mi corazón y en mi cabeza (para refrescar mis ideas y pensamientos).

De salida para regresar a Delhi pasé por la nueva capital del Punjab. Una ciudad mandada a hacer al gusto después de la partición del 49 (en la que se crea Paquistán y se redibujan las fronteras de India al noroeste, creando el afamado problema de Cachemira). Nada más y nada menos Courvoisier vino a ser quien urbanísticamente planeó con lujo de detalle calles y avenidas de Chandigarh. Después que en un par de ocasiones me vi fascinado por saber en dónde estaba y a dónde iba gracias a los nombres en las calles y su numeración ordenada, me permití descubrir que además, el compa se permitió el lujo de planificar carriles para bicicletas y motocicletas, pasos para camiones de carga y autobuses, jardines y parques públicos. Señores y señoras, nuevo golpe al imperialismo pues llegó lo que jamás creí encontrar en la India seguido de desastres políticos, redibujes geográficos y tres religiones al parecer contrastantes entre sí: EL ORDEN.

Ahh mi lejos Brasil con su "orden y progreso"... Atrás quedó mi desesperanza Agra-ria y Delhi-rante... es decir, como Obama, sí se puede... Pero ¿y si? Uno no puede sino seguir preguntándose si sus buenos deseos lo lograrán (tanto con Obama como en la India). El subcontinente me sigue pareciendo impactante con su crecimiento económico incrementado de manera representativa, su clase media (la más grande del mundo y la que más rápidamente va creciendo) y sus pobres (40% del total mundial) que subsisten con menos de 2USD diarios. Sigo viendo su sur educado y traspatio oficinista (ese sí es un traspatio interesante, no como México) que lleva a cabo el "trabajo sucio" de mantener cuentas y hacer papeleo administrativo del resto del mundo anglosajón, con sus cientos de miles de egresados técnicos y su boom en las artes del desarrollo de tecnología de punta. Veo su Rajastán más turístico del país pero con la pobreza extrema más concentrada de igual forma. Veo su Punjab con su nueva capital limpia y ordenada. Su Cachemira que no es de nadie. Su nuevo Tibet en el exilio tranquilo de haber encontrado un nuevo hogar y poder ver CNN Asia del otro lado del Himalaya. Su desastre Mumbayesco con ataques terroristas antisemitas y clasistas. Su Varanasi puerco y castista. Sus votaciones andantes por doquier. Su sexismo y discriminación sin fe. Y todo esto lo veo ahora además de los comprensivos ojos de un musulmán que respeta su Corán y lo reinterpreta a su manera; a través del palpar Sij de la sabiduría recorriendo el largo pelaje; a través del Hindustán más preocupado en su pensar por su ferviente convicción que por el protocolo que Shiva o Krishna puedan merecer; a través del elasticismo corporal del gurú que se sienta por horas a buscar una iluminación y el bien de la sociedad; de los janistas sin piedad regados uno en cada ciudad y muchos más en la vecina Sri Lanka; sus cristianos en iglesias sin chiste pero con esperanza de que Jesús murió en la cruz por el bien de la humanidad; de los pocos ateos perdidos y sus agnósticos encontrados.

Así es justamente la simplista conclusión de su relator de viaje: entender a la religión como UN factor más en el complicado rompecabezas que la India representa en cada una de sus facetas. Pero con la mente fija en un cambio prolongado, inclusivo y definitivo. La India, un país para dar rienda suelta a nuestros peores demonios y tirarnos a la desesperación e imposibilidad de resolución humana del conflicto o perseguir ambiciones tan grandes como la imaginación de la especie lo permitan.

M. AB.