En los últimos días (aka desde la cena), he estado viajando por el universo paralelo de México. Les mandé unos regalitos a algunes (¡para que no me digan que no doy regalos cuando lo siento!). La gran parte del tiempo la he pasado en Morelia y otro poco en tierra caliente. El rancho familiar resultó en nuevas expectativas para la vida. Por más que me negué a los proyectos agropecuarios de la Tapia, las vacas me persiguen desde la India hasta Michoacán de Ocampo. Allá en el campo vi muchas. De las que valen 8mil pesos hasta las de 17mil. Aprendí a clasificarlas poco a poco, a verles diferentes. Cuernos y cuernos, que terrible vivir una vida de fidelidad, ¿no? Las vacas si que lo creen, o al menos han aprendido a vivir con sus cuernos. Luego pues, mis días trascendieron entre mañanas montando a caballo por los campos de mango, tamarindo, limoneros y toronjiles. Descubrí que la Ceiba es la versión local del Baobab. En mis años mozos pasé varias horas contemplando los últimos en el sur de África. Ahí el árbol es mágico y sagrado. En Apatzingán, así como en Cuba y en el resto del Caribe, las Ceibas son la versión tropicalizada al América Latina. Cuando los esclavos africanos llegaron a Cuba, tuvieron que adecuar su religión (como muchas más sociedades en la historia). A falta de Baobab y dada la similitud con la Ceiba, encontraron ahí refugio. Es chistoso porque en Afrikanz (y en Swahili) "Baobab" significa el árbol que crece al revés, o con las raíces para arriba pues. La Ceiba era considerada un árbol sagrado entre las diferentes culturas Prehispánicas del área de Mesoamérica, tales como Mayas, Pipiles, Nahuas, etc. El Yaaxché, como le llaman en el idioma maya, representa el universo en tres planos, los cuales se comunican a través del árbol. Qué diría Antoine de Saint-Exupéry de haber sabido todas las propiedades del árbol del mundo del Principito. Tal vez sí que lo sabía. Las ramas nos permiten la apertura de los 13 cielos. La primera iglesia en Cuba, construida bajo una Ceiba, fue el punto en el que se fundó la nueva tierra. Hernán Cortes colgó a Cuauhtémoc de una Ceiba después de conquistar su imperio. En Perú preparan brebajes mágicos, al igual que en Colombia y en Brasil. Por lo pronto, admiro sus ramitas y lloré varias horas, encima de mi caballo, viendo una Ceiba muerta hace varias décadas. Mi caballo me vio con extrañeza.
Esperando pacientemente que termine el año, me refugio de regreso en Morelia. Preparando los motores para salir a Amecameca, del náhuatl Amaquemecan. Ergo, "amatl", como todos sabemos, papel. "Queme", lo que significa algo o el lugar del significado. Por tanto, el lugar en el que el papel significa algo. Ahí pienso terminar de redactar los hartos papeles que he estado preparando desde DC, la India y ahora en México. Recopilando recuentos, aventuras y experiencias. Tal vez todo este papel signifique algo, por lo menos para mi propia vida. Ya veremos. Por lo pronto espero tener visiones estelares de un cielo vidrioso, de un volcán dormido y otro activo. Simbolismo, para mí, de que estoy parado en la encrucijada entre el actuar y el laisser-faire. Entre el seguir y el detenerme. En la eternidad del tiempo.
Besos amplios y cariñosos, cargados de amor y mucha felicidad que les deseo en la totalidad del diario durante el 2009.
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