Zaratustra

Zoroaster se preguntaba ¿quién estableció el curso del sol y de las estrellas? ¿Quién alimenta y riega las plantas? ¿Quién construyó la luz y la obscuridad? (Yasna 44, 4-6). Yo me encuentro actualmente recostado a la sombra de un árbol, terminado de comer, con la brizna que sopla desde un lago a mi costado en donde se sumergen y nadan peces dorados, gansos, patos y algún pavorreal asoma su plumaje en el escenario. En tales parajes bucólicos uno no puede sino invocar a la filosofía y sabiduría que cada uno de nosotros posee en su interior.

Hace dos días V. y yo recorrimos la ciudad de los palacios de noche. El escenario es harto diverso de lo que uno puede ver por el día, cuando brilla el sol. Los actores que habitan en dicho tales parajes son: pelones, sucios, mancos y urgidos de dinero. Algún drogo o borracho por aquella esquina, la puta que nunca falta ofreciendo sus servicios para tener qué comer. Fuimos primero a Tlatelolco en donde infringimos la norma al introducirnos, sin que las autoridades percataran nuestra presencia, a la plaza de las tres culturas. Ahí sucedieron un par de fotos. Después, nos dirigimos a la Villa por la Calazada de Guadalupe en donde nos encontramos con un indigente que dormía entre dos cajeros automáticos de Bancomer. Después fuimos a un semáforo entre circuito interior y Reforma en donde entrevistamos a dos chavos de las calles. Jorge y Daniel tienen entre 14 y 16 años y habitan en las calles desde hace más o menos cuatro años. V. les regaló su chamarra y su bufanda, después pensamos en tomarles una foto. Resulta que las mafias cuidan de dichos chavales y a nosotros nos vieron feo cuando nos miraron demasiado tiempo con ellos. Entonces, llegó una camioneta con otros dos chavales que nos observaron hasta que vieron que nos retirábamos.

La verdad es que me cuesta problema concentrarme cuando hay tanta belleza natural a mi alrededor. ¿No es acaso irónico el describir la terrible vida de algunos mientras otros disfrutamos de las bondades de ella?

Y la vida sigue

¿Y por qué no? Tengo que presumir el pesimismo que hoy me abruma, pues la verdad no es algo que suceda en mi discurso o en mi pensamiento muy a menudo. De entrada, ¿qué es lo que hace a la iniciativa que llevamos a cabo en nuestra acción algo verdaderamente útil? En mi perspectiva, no logramos nada. Nos creemos poder salvar el mundo cuando en realidad no logramos comprender más allá de nuestra realidad ni lo que en realidad somos. Sin pretender ser demasiado filosófico o pirandellista, ¿hay algo que podamos en realidad llevar a cabo que no sea interceptado por las emociones banales que sentimos a cada día?

Creo que las pequeñas revoluciones existen, pero son fugaces y minúsculas; como el amor, como la amistad, como las interpretaciones mismas de la realidad o de la vacuidad. En realidad nos vemos perdidos en las formas, en lo que se dice, en imaginarios colectivos e individuales que nos decimos los unos a los otros.

Nos pensamos y nos redibujamos a nuestro antojo, a veces exitosamente, a veces no. Sin embargo, no nos queda sino sufrir nuestra vida diaria. Y la vida sigue, acabándose inexorablemente, muriendo minuto a minuto. Mientras tanto, podemos seguir soñando a que lo que planeamos se realizará, a que existen planetas utópicos (como del que yo soy originario, según V.) en donde los pensamientos son fáciles de transmitir y de llevar a la realidad.

X BARRA

Xochitl, la hermosa flor, anuncia que la primavera ya se encuentra cerca; yo me entusiasmo. Ya están haciendo experimentos públicos en México para eso de la biotecnología, ayer vi unos maíces que tenían, a según, más proteínas, eran más jugosos, más sabrosos y más grandes. También ayer me enteré que Starbucks México ha lanzado un programa de educación en conjunto con SEDESOL para las zonas cafetaleras en Chiapas. Por mucho que esto me entusiasma y me hace pensar que quizás el mundo tiene salvación, después caigo en la realidad y entiendo que hay tanto más que dichas compañías podrían hacer. Un precio justo, por principio, sería un buen lugar para empezar. Los campesinos mexicanos siguen sufriendo de la “ayuda” de intermediarios que hacen que al final del día, ellos solo obtengan el 5% de la ganancia total de un producto (en este caso el café).

La Secretaría de Economía anunció ayer que somos el 13vo país en el que más inversión extranjera hay, el problema es que poco de ese capital llega a donde debería, y aún más, que México desde hace años le ha apostado a pocas ventajas competitivas. La mano de obra, como por todos es bien sabido, está siendo lentamente desplazada por los mercados asiáticos; y nosotros, ¿a qué le apostamos ahora?

Tengo un par de amigos que están estudiando biotecnología, tecnología de alimentos o química. Ellos aseguran que los transgénicos representan un alivio para la humanidad pues con tantos chinos ya no hay manera de que podamos alimentar a todos; con dicha tecnología lo podremos hacer ¡y no hablar de las zonas desérticas habitadas de África! Sin embargo, yo creo que México está lejos de mundos tan civilizados y funcionales. Ocho de cada 10 estudiantes universitarios terminan trabajando en posiciones no relacionadas, para nada, con lo que estudiaron. El presupuesto para investigación es ínfimo. Entonces, ¿cómo podremos hacer que los transgénicos y las nuevas tecnologías sean útiles para nuestro país si no tenemos sino a pocos investigadores que puedan progresar en el asunto? ¿Tenemos entonces que importar dicha tecnología y clavarnos eternamente en comprar conocimientos extranjeros?

Siempre me he preguntado por qué son tan pocos los campesinos que le apuestan a las ventajas comparativas, a la especialización de los productos. Ayer, mientras comía en la esquina verde, lo entendí. ¿Cómo puede el campesino promedio apostarle a eso si el mismo gobierno no lo apoya? Los organismos no gubernamentales que se interesan en el tema no generan el suficiente movimiento, en mi opinión, como para lograr un cambio nacional.

Ahora que está de moda el asunto de los productos orgánicos y los transgénicos, por qué no apostarle a ambos. Invertir en nuevas tecnologías para alimentar a las masas y mantener especialización de productos orgánicos para las clases privilegiadas del país y del exterior que después de todo, se pueden dar el lujo de comprar dichos productos. El ad valorem de los alimentos será entonces el ser orgánicos y eso constata un precio del cual la agricultura mexicana podría subsistir y la investigación también.

Wata

Weno, les tengo un cuento en esta ocasión, y para no empezar mal…


Había una vez un rey y una reina que habitaban en un inmenso y espectacular castillo. Ahí criaron a tres hijas de las cuales, las primeras dos eran hermosas. La tercera, Psique, gozaba de las más lindas y hermosas facciones que el hombre haya jamás conocido, e incluso más allá, pues su belleza era tal que se comparaba con la de las diosas más agraciadas. Y tanta era la luz que Psique emanaba con su lindura, que hombres de todo el reino y de tierras extranjeras y lejanas venían hasta la princesa para admirar su cuerpo y su perfil. Sin embargo, como bien es sabido por los que alguna experiencia tienen, tanta dicha no podía sino traer una maldición a la joven.

Sus dos hermanas estaban ya casadas y Psique no encontraba aún un hombre que la desposara, pues como a menudo ocurre, la admiración prohíbe la entrada del amor. No tardó en que la misma Venus, ofendida y burlada por la belleza de la chica, enviara a su hijo Eros para hacerla caer enferma de amor por el más horrible de los monstruos.

El rey y la reina acudieron a los oráculos sagrados para averiguar cuándo sería desposada su princesa. Ellos a bien respondieron que ella debía ser llevada al monte y dejada ahí para aguardar al hombre con el que se casaría. El rey, sumido en llanto pues entendía lo que esto significaba, accedió y después del festín de bodas, Psique fue llevada y dejada en el monte.

Por la noche llegó a ella un hombre, de quien la cara no pudo discernir y la llevó, cruzando por las nubes blancas, hasta su castillo en donde la dejó yacer en el lecho de bodas. Después, la amó. La mañana siguiente, cuando Psique despertó, su nuevo esposo había ya partido. Así pasaron las noches, cada una con el amor que su esposo le daba y del cual ella gozaba, pero sin que ella pudiera jamás discernir la cara de él.

Psique quedó preñada como era de esperarse y sus hermanas quisieron venir a felicitarla. Cuando así lo hicieron preguntaron por su esposo y Psique mintió diciendo que había salido de negocios. Sin poder soportar mentir, Psique terminó admitiendo que él salía todos los días y que ella jamás había conocido su cara. Las hermanas, como era claro que sucedería, dijeron a la inocente Psique que seguramente era porque era un monstruo y la incentivaron a que por la noche le cortara la cabeza con un cuchillo para que su maldición terminara y no acabara el monstruo por comerla como una serpiente.

Llegó la noche y después del acostumbrado amor que se revelaba la pareja, se durmieron. Las ansias se pegaban a Psique como las sabanas en la acalorada noche de verano. Desidiosa finalmente, encendió una lámpara de aceite la hermosa joven para poder observar la cara de su esposo y preparó el cuchillo en su regazo. Cuando hubo encendido la lámpara y acercóla a su marido, la luz brilló por el cuarto entero. Su esposo era el mismísimo Eros que con su belleza, como hijo de la única Venus, irradiaba admiración tal que una gota de aceite de la lámpara se sorprendió de tal hermosura y calló rendida en el hombre del joven.

Con ello, despertó Eros desorientado y sintiéndose traicionado por su mujer, quien había dudado de él y demandando que él que había traicionado a su madre misma, olvidando sus instrucciones de flecharla con un monstruo, había caído rendido enamorado de Psique y la había amado. Su castigo sería perderlo y habiendo dicho esto, se marchó.

Psique, desconsolada, vagó por el mundo días y noches. Hasta que encontróse con nada más y nada menos que Venus, quien enfurecida por la traición hacia su hijo, encerróla con sus sirvientes Soledad y Tristeza y rechazó el fruto que cargaba en su vientre.

Sin embargo, la fuerza que siempre caracterizó a Psique la llevó a convencer a la diosa de que le impusiera una prueba para ser perdonada. Y así fue. Venus, convencida de que Psique no tendría el coraje de ir al inframundo, ahí la mandó a por una caja que contenía la hermosura divina. Y Psique, armada de valor y aún enamorada de su esposo, bajó a los infiernos y la caja tomó. Empero, animada por su curiosidad, abrió la caja y quiso untarse un poco de belleza. De la caja emanó un gas verdoso que dejó a Psique sumida en los más profundos sueños y hubiera muerto si no fuese por Eros que bajó volando y a Psique despertó con el beso más dulce, más suave, más efímero y más enamorado. Le urgió que fuera con su madre a dejar la caja mientras él se encargaba de lo demás.

A petición de Eros, y por aprobación del mismo Zeus, Hermes raptó a Psique y la llevo hasta el cielo para ser admitida en la morada de los dioses donde se hizo inmortal. Ahí, la pareja pudo amarse y vieron crecer a su hermosa hija Voluptuosidad.

Pues no hay remedio para Amor,
ni comida, ni bebida, ni ensalmo
sólo besos y abrazos
y yacer juntos y desnudos.



Psiqué reanimada por el beso de Eros
1757-1822. Antonio Canova. Museo Louvre.

Vientos


Vale, pues tengo un par de nuevos juguetitos con los que me emociono mucho: primera, nuevo software para editar podcasts, segunda, programa de vídeo. Me entusiasmo pues con la primera y con la ayuda de C. espero que pronto estemos al aire de nuevo; ¡os haré saber! Segunda, pues estoy ya jugando con imágenes y vídeos para terminar algunos trabajos que por ahí quedaban pendientes.

He estado pensando tenazmente, a veces me canso, en la colonización de este nuestro país. Dentro de un par de semanas tengo que exponer la independencia de Centro América y he estado buscando material videográfico para utilizar al respecto. También ando buscando en relación al narcotráfico para un proyecto final; tengo pensado hacer un foro al respecto así que espero que pueda juntar la información y los esfuerzos.


El miércoles voy a ir a ver un documental a casa de E. junto con C., la encontramos esta mañana y nos dijo que ya está completo el material. Me entusiasmo. Encontré una tarjeta
que creía perdida y con ella me entusiasmo para ir a sacar más fotos. Me he estado empujando a jalar el gatillo últimamente, pues ya se me había olvidado la experiencia que me significa.

La verdad es que este fin de semana me he olvidado de nuestro país pues no he leído ni medio párrafo de ningún periódico y me he negado a ver las noticias pues me ensimismado en pensamientos e ideas nuevas. No sé que me habrá dado pero ando de creativo estos días, esperemos que algo bueno salga de ello; mientras tanto, dejémonos llevar por los vientos huracanados del norte.

Universalidad

Un poco de música, un día brillante, un día de sentimientos, un mundo de hombres, un mundo de ideas girando, universalidad de la música; James Brown y Luciano Pavarotti.

Tiempo que se va




Tengo la impresión de que todo pasó hace tanto tiempo.
Hoy me siento más vivo que de costumbre.
Me cuesta trabajo salir de las adicciones que me he creado en la vida.
Hace un par de años eran más arraigadas.
Parece ser que, hoy soy.
Tengo la gana de aventurarme una vez más.
Pues hoy comprendo tanto.
Olvido tanto.
Me creo capaz.
Y sin embargo no sé aún nada.
¡TENAZ!

Seres creativos

Son tantos los recuerdos que me llegaron de golpe esta mañana cuando desperté. Todas las maravillosas personas que he conocido, las que me han criado, los que me han mantenido por el camino del bien, los que me apoyan y los que han caído junto conmigo; amigos y relaciones.

Intento, normalmente, evadir el día de hoy por razones de carácter económico, social y de cursilería. Hoy no pude. Han sido muchas las mujeres que han ocupado mi tiempo, mi mente, mi corazón y mi cuerpo. Evidentemente la primera para mí fue mi madre, gracias a quien estoy el día de hoy vivo y quien es mi más grande inspiración para seguir adelante pues es ella quien me ha enseñado que siempre hay que hacerlo con la frente en alto. Después está mi Abi que me crió y que me hizo ser quien soy hoy día, con mis defectos y mis cualidades, quien se enorgullece en mí y quien ha dado todo como una segunda madre. S. que me enseñó a pintar y me dio mis primeras clases de política a la corta edad de cinco años. J. y M. llegaron de improvisto pero al final conquistaron mi corazón como si fueran naturales de él. So. y A. son a las que más recuerdo, al principio de la pubertad, relaciones de niños, inocentes, reales, dramáticas, verdaderas.

K. y K. me enseñaron mucho, N. me odió tanto como L. me quiso y E. me secuestró en las montañas. Y. me entendió más que yo mismo, C. me dio su corazón y M. no me dejó en paz; decía, ¡tantos fueron los momentos que se agolparon en mi de sope!

Después están mis amigos, mis hermanos, mis compadres, mis mejores amigos y mis peores enemigos. Los que pasaron de un lado del espectro al otro, los que me hacen enojar como C., los que me leen en niveles subconscientes como V., a los que perdoné como M., J. y O. Los que me perdonaron como H. Con los que viví y sigo viviendo como S., E. y J. Los que no lograron ver más allá como P.

En su totalidad mi vida ha sido un abecedario completo, lleno de acrónimos, de siglas, de nombres propios y de instituciones. Me han adoptado, me han querido, me han ofrecido y me han despreciado y por todo ello hoy soy quien soy.


Hoy lloré amargamente y en silencio al subirme a un camión. Me encontré envuelto en un aura de calor y brillo; sin embargo, la debilidad de mi cuerpo no logra contener la agudeza que proyecta mi cerebro sobre él. Al ver a una niña con su globo y tratando de comprender por qué me siguen las personas que lo hacen me sentí débil, sin lograr comprender la actualidad. Quise explicármelo con un sentimiento de tristeza pero no lo pude hacer pues no encontré sentido para estar triste cuando me encuentro, en todos los sentidos, en el pico de mi vida. Aún más, no creo tener ningún derecho a sentirme más que contento y feliz, ¿o es que no me conformo con todo lo que se me ha dado?

El discurso no es uno de conformismo o no, es uno de intentar comprender cuándo fue que entre tanto consumismo y superficialidad se dejó de entender al otro. Vivimos en una sociedad que no acepta, que no se comunica y en la que cada día los individuos se encuentran más lejos el uno del otro, de sí mismos, de nosotros mismos.

Es chistoso porque hay quienes buscan eternamente la vacuidad para alcanzar la realización. Y cuando yo me encuentro con ella me pierdo en pesadez de pensamientos que me envuelven hasta perderme. Tal vez la confundí, no la encontré.

Intenté que el sol brillara en mi cara, que el viento estuviera en mi espalda, hablar sin pronunciar. Siento en mi paladar la dulzura de lo incierto, la aflicción de la cotidianeidad. Me dan ganas de botarlo todo pero no puedo, no puedo porque mi estulticia me lo prohíbe, porque mi egoísmo me empuja a buscar más. A hacer algo por lo que vivo cada día, por influir y por ayudar a los que tienen menos que yo. ¿Por qué no puedo tolerar el hacer invisibles a los que me duelen? ¿Por qué me niego a evadir a los que no tienen trabajo, a los que no tienen lo que quieren? Podría impedir a mi vista observar las injusticias que atormentan mi corazón, porque son iguales a mí y porque lo merecen todo, porque merecen más que yo.

Me gritó un conductor por no fijarme en mi camino: porque él se pasó el alto y porque yo corro sin saber el rumbo, sin saber en dónde quedó mi hogar. Porque tengo hambre pero él tiene más, porque yo me inundo en mis visiones y porque todo es irreal. Porque todos vivimos en constante negación, inventando a seres irreales y fantásticos que nos lleven lejos de donde en realidad nos encontramos hoy. ¿Cuál es la historia que vivimos?

Rápido y concreto

Retoña finalmente mi creatividad intelectual, si bien aún corta en general, entusiasta sin duda. He estado intentando escribir en las últimas semanas pero siempre me veo imposibilitado y termino borrando lo que escribo pues no me convenzo de nada.

Regreso al pensamiento que tuve hace ya un par de semanas: ¿hay un punto medio entre comunicar y expresarse? En teoría la respuesta nos sabe fácil, rápida y concreta. Sin embargo, yo me lo pienso dos veces a la hora de contestar pues resulta que hay veces que el mero propósito de comunicar está persiguiendo un fin último, un objetivo. Por el otro lado, la expresión genuina del alma, a lo que yo en el pasado le he llamado el arte, se refiere a hablarnos de sentimientos, de pensamientos fugaces o demasiado internos como para ser expresados en su totalidad. Y entonces, ¿expresar sentimientos e ideas no es obtener un objetivo específico? Yo creo que no.

Hay una diferenciación, por ejemplo, entre un proyecto, un programa y la organización. Todo radica en la forma en la que se describen sus objetivos, para quién van dirigidos y si son operativos o no. Resulta que muchas veces no logramos distinguir las sublimes diferenciaciones que existen entre las ideas que escribimos en un papel. Entonces, sería improbable que el producto artístico de una persona y su pretensión de ser comprendido, por ejemplo, cupieran bajo un mismo nombre. Y cuando esto sucede, se puede casi asegurar que es siempre coadyuvado por un intérprete que decodifica el mensaje (un crítico de arte) que ayuda al artista a explicar al mundo un mensaje, sin importar si este era la verdadera esencia del producto o no.

En el congreso finalmente se habla de hacer modificaciones generales a la Carta Magna, de incluir la opción a segundas vueltas para evitarnos desmadres polémicos como el que vivimos el año pasado y de recortar las campañas presidenciales a dos meses; ¡en hora buena!

También tenemos el nuevo ideal de igualdad de géneros, tema bien discutido para un lado pero que, en mi opinión, hace falta también trabajar en la discriminación hacia lo masculino en nuestra sociedad. Yo lo veo como una balanza que cuando de inicio está muy colgada hacia un lado (machismo) debe empujar fuerte hacia el otro (feminismo) y se irá, como en un sube y baja del jardín de niños, compensando de un lado hacia el otro hasta lograr una ecuanimidad.

Hace un par de días fui a un concierto de Timothy Brownie con el cuate V. el experimento de música que se traen es bastante interesante y aunque hay bastante crítica que hacer, como siempre, la noche fue divertida al estar acompañado de ojos hermosos que brillaban cual luceros y la suficiente beautiful people como para aguantar un par de horas; aunque claro después había que salir corriendo pues uno llega a sentirse demasiado consciente de uno mismo.

Luciérnagas voladoras en el tiempo

La felicidad no significa la ausencia de dolor, como anunciaba el utilitarismo, tampoco funciona viceversa. ¿Qué es entonces? A veces es más fácil decir lo que no son las cosas que lo que sí son. La verdad duele, incomoda, pero tarde o temprano, llega. Comúnmente nos vemos tan ensimismados en nosotros mismos que nos olvidamos de escuchar, de escuchar al prójimo, de diferenciar el ruido de la esencia y yo también soy pecador, lo admito, nadie es perfecto. Sin embargo, resulta que las trivialidades de la vida se interponen ante las ideas de lo importante de tu hijo o de tu hermano.

En el medio de la búsqueda de la felicidad, del comprendernos a nosotros mismos, del escucharnos y de escuchar a los demás, nos cruza una fina línea invisible que no deja de tocar ni un pelo de nuestra alma; me refiero al tiempo. A veces nos aparece como una ola devastadora que nos empuja inexorablemente y nos da un bofetón en la mejilla cuando nos vemos en el espejo una mañana soleada y calmada notando una peca o algún lunar que ahí no recordábamos. Otras se presenta con tal sutileza dentro de una memoria casi olvidada y que regresa toda una forma de ser, un estilo de vida, un sentimiento, un pensamiento y una sonrisa o una lágrima por medio de algún aroma que en diminutos instantes llega a nosotros, haciendo presente aquella noche que paseábamos por el muelle o una velada en la casa de la abuela. Nos envuelve en una luz cegadora, el tiempo, como si nos encontráramos en un campo repleto de luciérnagas apenas se ocultó el sol en donde no logramos distinguir entre metáfora de lucidez o pendejos absolutos sin sentido, utopías que lleguen a ser realidad, como fueron nunca pensadas o como no debieron jamás ser imaginadas.

Los seres humanos nos presentamos con excusas ficticias diariamente: “no sé cómo hacerlo”, “mis habilidades son otras”, “nunca lo he podido hacer” u “ojalá yo supiera hacer lo mismo”. Nos imponemos barreras, puentes caídos, muros impenetrables y neblina cegadora ante lo que nos da miedo; queremos entonces cortar de tajo lo que pensamos malo y es así que nuestra sociedad se convierte en una de intolerancia, irreverencia y discriminación. Si pensamos algo malo buscamos eliminarlo, contrario a lo que hacían lo griegos, por ejemplo, que limitaban lo que pensaban malo y dejaban lo demás existir, como si por medio de algunos retoques se pudiera pulir y sacar brillo hasta lo más nefasto y temible del hombre. No estoy seguro de que tal idealismo en realidad exista y me intento convencer de que debemos enfrentar el sufrimiento para llegar a un lugar desde el cual podamos apreciar, entre las alturas, nuestros logros y nuestros éxitos, que después del sufrimiento nos darán felicidad; recordemos empero junto con tal idea nietzschista que tuvo un drástico final en una institución mental.

Una sociedad libre es aquella en la que es seguro ser impopular.
- Adlai Ewing Stevenson, 1900 - 1965

Quiero

Querer, ser querido; viajar, comer una crepa de chocolate, ver a mis amigos más queridos todos los días, confiar en mí mismo, creer en que puedo hacer más, comprarme unos nuevos jeans para deshacerme de los viejos, ir a una buena obra de teatro, tener una buena discusión con una amiga que no está junto, dormir hasta que mi realidad se transforme, cantar al ritmo de una bella canción, descansar en la playa, escalar una montaña, bailar, acampar y observar las estrellas toda la noche, cortarme el pelo, leer el periódico, cogerte como lo mereces, hacer un video que valga la pena, leer todos los libros que me propongo, escribir más, tener un mejor vocabulario, pintar de manera más eficaz, salir por un capuchino calentito y mojarme bajo la lluvia. Quiero escuchar y comprender, quiero ser libre y quiero olvidarme de todo. Dejar mi bicicleta en el muro y caminar con un amigo y platicar del futuro, ver como atardece y cae el sol con su brillo a dar paso a la noche, tomar una cerveza, respirar más profundo, estudiar, apacentarme, abrazarte y encontrar un trabajo.

En realidad solo necesito aprender a vivir cada momento, cada espacio y comprender que la capacidad de mantener dicho instante y gozarlo para la eternidad sin melancolías, arrepentimientos o recanças es lo que en realidad vale en el proceso de vida.

Pendejo;

Pequeño pelo que nace en los dedos de los pies, es a lo que se refiere dicha palabra. La analogía con la entrada de hoy no tiene mucho sentido consciente, quizás un pequeño desliz froidiano. El mundo se termina decadentemente y de manera melancólica. Parece que fuera ayer que escuchábamos de parajes bucólicos en las maravillosas aventuras del joven Werther.

Pienso, luego existo. Hay quienes proponen que la libertad radica en la ignorancia. De eso no me queda duda cuando observo con perspicacia y tenacidad a las gentes que me rodean. Cuando fuman, cuando toman, cuando se abrazan, cuando se quieres y cuando son. La existencia está determinada por la imposibilidad de enfrentarnos a nosotros mismos. En la entrada pasada comenté al respecto del infausto galimatías que nos enfrenta el actual orden mundial. ¿Podemos ser capaces de imaginar un mundo diverso, utópico? ¿No cabe sino escaparse de la terrible realidad que nos aqueja mediante distracciones y materialismos imprudentes? Son respuestas que nos debemos proveer cada uno...

La educación es algo admirable,
sin embargo, es bueno recordar,
que nada que valga la pena
se puede enseñar.
Oscar Wilde