Tirabuzón

Resultó que después de tantos años de insinuar respuestas a ¿por qué no soy escritor?, ahora me obligan a escribir como si yo supiera de lo que hablo. Me queda muy claro que en teoría alguna idea debería de tener de nuestro mundo. Sin embargo, parece ser que mientras más estudio y leo, más ingenuo me siento conforme a lo que pudiera saber.

Es así que mis noches se han transformado en espacios de escritura. Si bien principalmente investigo con relación a definiciones básicas que creo necesarias para construir ideas, todo depende de cómo nos trate el día. Hay veces en que estoy tan cansado de pensar que mejor abandono la tarea y me pongo a leer. Hay también los días en los que hago todo lo posible, me clavo escribe y escribe y las palabras brotan como si de verdad tuviera algo bueno que decir (estas son las noches buenas). Es en noches como estas en las que me duermo a las dos de la mañana describiendo ejemplos de lo que me atrevo a sentenciar en la política internacional.

Hoy no es una de esas noches. Por el contrario, por más que intento escribir las palabras me salen contadas. ¿Habría que tirar el buzón para sacarlas? Me cayó el veinte que nunca había entendido esa expresión. Así pues, decidí que mi tiempo se vería mejor invertido en explicarles a mis queridos lectores la sencilla etimología de la palabra (una vez investigada). Resulta que la voz compuesta es una adaptación fonética de 'tire-bouchon' que en francés es nada más y nada menos que “sacacorchos”. ¡Sorpresas que nos trae la vida!

Por qué no soy escritor (II)

continuación.
...sin embargo, pronto comprendí que mi papel en el mundo era otro.

Cuando apenas tenía un escaso año de vida, Mater me llevó con ella a vivir a Mochicahui. Después de hartas horas de viaje, llegamos a nuestro destino; a nuestro nuevo hogar. Ahí, yo vivía con una señora que me cuidaba mientras Mater se iba a trabajar. La señora, de quien desgraciadamente no tengo recuerdo alguno, tenía dos hijos. Con los dos hijos yo jugaba y estaba mientras ella investigaba y aprendía de nuestro entorno. Yo también estaba aprendiendo de mi contexto.

En Mochicahui había también un ser mágico, un maestro. Era un danzante del venado brujo; hechicero de la naturaleza. Él recogía capullos y los ponía en un canasto que después tapaba. Llegada la primavera, abría el canasto y de él salían mariposas volando. Era una primavera de hojas voladoras y pétalos flotantes. Los colores daban vida a los aires que corrían por el poblado; yo sonreía y me maravillaba. Mientras que los capullos quedaban en la canasta para menesteres que nunca logré entender, aunque pude imaginar, algo más quedó en mi. Desde pequeño aprendí que en cualquier punto de nuestras estaciones uno puede volar. Lo único necesario para que el encantamiento surta efecto es que estemos abiertos de mente y de corazón.

Cuando tenemos el corazón abierto al viento, todo llega y todo se va. No nos cuesta trabajo desprendernos de las cosas ni los demás seres porque comprendemos que en el soplo de vida que se nos otorga todos somos uno y podemos cautivar el tiempo y el espacio. Así pues, no es necesario aferrarse a las cosas ni a las personas pues ellas son libres como lo somos nosotros mismos y como es nuestra alma en su total pureza. La posesión es por ello algo que vinimos aprendiendo conforme crecimos en una sociedad atemorizada de lo que no puede comprender. Al tener el corazón abierto, aceptamos la luz y la obscuridad que cohabitan en nuestra alma. Esencia que se encuentra siempre en lucha pero que al aceptar nuestros temores, fortalezas, miedos y goces nos permite ser, soñar, imaginar y convertir en realidad lo que deseamos

En el momento en el que podemos soñar nuestras dudas, podemos aceptarlas e invitarlas a vivir con nosotros. En realidad, es por eso que todo es trascendente en nuestro tiempo-espacio menos el aprendizaje que acumulamos a través de dicho universo. Este último es un cúmulo de experiencia que heredamos de nuestros antepasados, de nuestras trayectorias y de nuestros sentimientos y sentidos. Desde siempre he sabido seguir mis instintos a pesar del miedo que pueda ocasionar lo incierto y desconocido.

A mis veintidós años he logrado crecer hasta un punto que jamás antes imaginé. Supongo que suena incoherente decir que nuestra utopía personal es realizable cuando la imaginamos y agregar que yo nunca lo soñé. Empero, ese es el detalle que me maravilla –aunque no lo logre aún comprender- de la vida; hay sorpresas. Por ello, la vida sólo tiene sentido en tanto que no perdamos la capacidad de sorprendernos y maravillarnos de lo que conocemos. Es decir, la cabida que demos a desconocer lo que ya comprendemos e incluir en nuestras vidas lo que nos es ajeno.

Sabiendo que el bien y el mal, los ángeles y los demonios y la salud y la enfermedad existen todos dentro de nosotros mismos. Comprendiendo que la imaginación tiene sólo sentido cuando buscamos vivirla y no por el contrario huir de la realidad. Meditando con respecto a lo que somos y lo que representamos para el universo. Es esta la forma que nos permite ser nosotros mismos y poder explotar la infinidad de posibilidades que existen adentro y afuera de nosotros. Nuestro mundo, después de todo, es lo que hacemos de él y lo que proponemos al de los demás.

Por qué no soy escritor (I)

Se me ha sugerido en el pasado que debería escribir todas mis memorias, pues dicen que tengo suficiente anécdotas interesantes que contar. También se me ha dicho que la explicación única –línea central de este blog- es la de servir como diario a su autor y confidente. No sé si estoy de acuerdo con alguna de las dos aseveraciones anteriores. Tampoco me creo preparado a refutarlas con buena argumentación.

¿Y si me da Alzheimer el próximo año? ¿Qué pasaría si cuando tengo el interés de escribir mis memorias mis recuerdos fueran ya más borrosos de lo que son cuando uno ve al pasado? ¿Y si nunca puedo recordar mi versión de las cosas?

A la corta edad de 12 años recuerdo que obtuve mi primer ordenador. La cajita color beige tenía únicamente una salida para conectar a la luz, enchufar el mouse y el teclado. También tenía entrada para un disco de 3½. Entre el software que poseía el extraño ser que habitaba mi cuarto, se encontraba únicamente una versión rudimentaria de editor de textos, un solitario y un pin-ball en el cual pasaba horas jugando a pegarle pa todos lados sin estrategia fija. El aparato era Macintosh.

Después, yo de algún lugar conseguí una donación de 20 discos y una caja con llave que organizaba dichos pedazos de información.

¿Y qué iba a hacer un niño de la edad con eso sino llenarlo de información? Entonces, cuando corroboré que el pin-ball podía llegar a desesperar a cualquiera y hacer parecer el tiempo aún más aburrido que sin él, decidí jugar al editor de textos. Comencé con la idea de redactar mi versión de la historia universal. Es decir, yo a tierna edad tenía el ideal de explicar por qué el hombre había llego a América, cómo se había esparcido por el continente y cómo habían surgido las distintas culturas que en dicho espacio geográfico se conocen. Yo les iba a contar todo…

continuará...

AVISO: ¿Por cerrar?

Llevo días pensado que ya es hora de cerrar este blog, que ya es hora de comenzar algo nuevo, quizás anónimos. Después recuerdo los buenos momentos que hemos pasado mi blog y yo, porque después de todo, la caja en blanco me espanta menos que la hoja de Word, porque ha sido mi amigo y confidente cuando nadie me quieres escuchar. A veces también me permite que yo le cuente sin censuras, aunque después no se pase a la publicación de dichas ideas. Creo que hay un momento predestinado para dar final a cada ciclo, me creo lo suficiente como para pensar que yo sé cuándo será el próximo.

También yo me he dado cuenta de que últimamente lo que escribo no es como alguna vez quiso ser. Es decir, me pasa que pienso en cosas fabulosas para escribir y reflexionar. Cuando estoy en la actividad diaria o platicando con alguien especial me llegan epifanías de la visión, cosas que son necesarias que exprese. Chistes pa’ cagarse de la vida, experiencias del cotidiano en la Ciudad. Después llego a la pantalla blanca y aunque ya no me da miedo, escribo pendejada y media que no debería. Me pongo a despotricar contra las cosas que menos me importan o escribo por escribir. Además me doy cuenta de que cambio de tema cada párrafo, que no tengo congruencia y que brinco como saltamontes.

Es entonces que mejor cierro la ventana. “¿Desea guardar los cambios?”, me pregunta la máquina. Siempre digo que no porque me doy cuenta de que si mañana despierto y veo lo que he escrito quizás sólo me empuje a regresar a la cama sin más. ¿Será acaso que me he quedad sin cosas que decir? ¿Estaré buscando inspiración en el lugar equivocado? ¿Tal vez sólo estoy utilizando la metodología incorrecta para redactar mis pensamientos?

Tráfico de drogas

Finalmente, después de harto investigar cómo poner documentos enteros en línea sin que tome todo el espacio de mi blog logré encontrar la solución perfecta: Scribd. Es una página web que te permite subir documentos en línea y ella sola los convierte a distintos formatos. Te da la oportunidad de "encajar" (embed) los archivos en otro lugar (como mi blog) y de que las personas los puedan bajar a su ordenador. Entonces, ya podré presentarles algunas de mis ideas que he escrito pero que no había subido a la web por falta de dinamismo en la forma de hacerlo.

Hagamos un trato: les dejo mis opiniones en cuanto al tráfico de drogas en Norteamérica y ustedes me dejan las suyas, ¿va?

Entrada 200

"Roma no fue construida en un día"

un jueves especial

Las cuatro de la mañana trajeron el día de hoy, consigo, aires de frescura. En realidad supongo que ello ocurre todos los días, todas las madrugadas. Casi una hora antes de que una urbe que nunca duerme comience a iluminarse, que las calles comiencen a barrerse y que las luces de los baños empiecen a encenderse como pequeños agujeros de luz de los cuales sale calor y vapor de agua. Con cada foco que se enciende comienza el día de una forma nueva para cada persona que despierta a la conciencia y se une a la universalidad que mueve al continuum.

También en esos momentos hay quienes, como yo, despiertan a meditar y analizar lo que sucede con sus cuerpos y sus mentes. Trata la simplicidad de sentirse vivo y de comprender nuestra existencia, de aceptarla para gozarla y sufrirla de manera inmediata.

Ayer soñé con tu aliento en mis sueños, hoy soy capaz de verte; la maravillosa armonía me lo permite.

Es triste saberse sin luna una noche en la que debería de haberla, en un 41% de su grandiosidad. Apenas dos estrellas se muestran en el horizonte; la tristeza que me provoca su lejanía y su titilante e imperiosa necesidad de trascender el tiempo y el espacio, a lo largo de milones de años luz, me provoca en contraparte coraje y esfuerzo.

Un jueves especial.

Yo estoy de regreso y esto es importante

Después de atender el quinto festival de cine de Morelia, tuve una semana horrible. Tuve la inteligente gracia de olvidar el cable de mi computadora en el viaje y pasé la semana entera desconectado del mundo de las tecnologías de la comunicación. A posta de ello –el mundo de la tecnología de la comunicación- y de mi lectura del libro Teoría y análisis de la cultura de Gilberto Giménez Montiel, me he visto debatiendo conmigo mismo con respecto a la identidad.

Sin embargo, aún más importante para mí que la identidad individual, es la identidad colectiva. El cómo construimos las identidades colectivas y qué es lo que sacamos de ellas es para mí interesante, en lo particular cuando se relaciona con las nuevas identidades colectivas que se conforman día con día en las distintas regiones del planeta. Es así como paso de una discusión que pudiera ser de la psicología social, de la sociología o de la antropología misma a un tema sobremanera relevante para las relaciones internacionales.

Las comunidades migrantes, dice Michel Bassand en su libro Cultura y regiones de Europa, son los elementos claves de la recomposición identitaria de una región y por ende de la cultura que dicho grupo construye. Así pues, los emigrantes temporales son quienes “poseen la distancia crítica que permite elaborar una imagen de uno mismo, son ellos los que están situados en el centro de la confrontación entre dos tipos de vida. Si la emigración puede ser el momento de un conflicto de identidad, permite volver a poner en duda la identidad cultural autóctona en lo que tiene de paralizante, y rellenarla de rol crítico” (P. Ceblivres, Identité regionale. Approache ethnologique, Suisse Romande et Tessine).

Es así que “la identidad regional es la imagen que los individuos y los grupos de una región moldean en sus relaciones con otras regiones” dice Bassand; ergo es de importancia para las relaciones internaciones, ¿no?

El Orfanato y la inauguración

Anoche, como os había comentado, fui a hacer alfombra roja a la inauguración del Festival. Llegué medio tarde porque ya sé que siempre se cuelgan y empiezan más tarde. La invitación decía 20hrs, yo llegue al cuarto; la peli empezó hasta las 21.10hrs. El retraso se debió a Feli, porque no llegaba. Mientras tanto, como buen RP que soy, me dediqué a trabajar la sala, saludar a viejos amigos y conocer nueva gente. La verdad es que no podría ahora sí yo decir que estaba ahí la crema y nata porque no es cierto. El frente del teatro Morelos estaba a reventar. Principalmente los ocupantes eran invitados especiales y funcionarios del gobierno; la parte superior, que regularmente es público general, estaba vacía o casi vacía. Pasé casi media hora viendo de reojo el aforo del teatro y pensando si meterían al estado mayor presidencial a llenar los espacios al grito de ¡“pelotón”!.

Bueno, a eso de las 20.45hrs llegó Feli (¡está bien sotaco!) con su señora esposa, Lázaro, gober de Michoacán y su señora esposa; también estaban Alejandro Ramírez y Daniela Michel en la escena. Como os había previsto, estaban presentes también Stephen Fears, a quien reconocerán por su trabajo más reciente The Queen con Helen Mirren; Arthur Penn (Bonnie and Clyde - 1967) y Bertrand Tavernier que tiene hartas buenas obras.

La peli en sí, El Orfanato, no me gustó. Guillermo del Toro fue el productor y Juan Antonio Bayona, el director, nos mostró que sabe utilizar muy bien lo que tiene a su alcance para generar suspenso y drama, eso que ni que. Sin embargo, para ponerlo en mejores términos, el género de la peli no me vuelve loco. Dos escenas y únicamente dos me parecieron muy fuertes, muy buenas y hasta brinqué del asiento; las demás fueron para mí predecibles. Me divertí sobremanera con el hecho de que fuera una peli de terror/suspenso en la inauguración de un festival porque rompe con todo el protocolo supuesto de antemano. En mi fila, la sexta, el sonido estaba muy alto así que menos cuando susurraban yo estaba con los dedos en los oídos. Geraldine Chaplin con los mismos ojos de su papá; lo demás, es pan de todos los días.

Apenas salí decidí que debería ir a la fiesta a tomarme una chelita para relajarme y no sentir que me jalaban los pies en la noche. Entonces, allá fui, ¡a la carga! No, nada de eso, no limpié la barra ni la cava como el año pasado. Apenas un tequila y tres cervezas más tarde me encontraban bailando (cosa que en la edición anterior no pude hacer). Después de una vez más cumplir con mi naturaleza de RP, sellé la noche tempranito pa’ descansar y aprovechar el día de hoy cual cinéfilo refundido en la butaca…

En Morelia con unas Morelianas

A partir de hoy se celebra el quinto Festival Internacional de Cine de Morelia. Por eso, dicen que “la escena del fílme estará deambulando en las calles” de dicha ciudad. Además, mañana en la alfombra roja (en la que obvio ya estoy apuntado) estarán Stephen Fears, Arthur Penn y Bertrand Tavernier. Si tú eres uno de mis amigos(as) o novia enojados porque no te invité este año, pues no te amargues porque ¡te tengo una sorpresa! La Cineteca Nacional (del 18 al 21 de octubre) y la Filmoteca Nacional (del 23 al 28 de octubre) también serán sede del Festival. Así que no pongas pretextos para no ver el festival, más cerca no te lo pueden poner.

Yo por lo pronto ando con unas deliciosas morelianas (los dulces obviooooo), ates, cubitos, laminillas, rollos de guayabas y toda la dulcería de la región. Si sobrevivo el fin sin un ataque de diabetes (por tanta azúcar en los dulces) les contaré cómo estuvo todo. Mientras tanto, les dejo un vídeo de la recién ley antitabaco en el DF. Por si eres de los pocos interesados en leer los documentos que se presentan, te dejo la mismísima Ley de Protección a la Salud de los No Fumadores del Distrito Federal. Hasta pronto!

Otro año

El fin de semana fui a ver el desfile conmemorativo de Morelos a Morelia, Michoacán de Ocampo. El despliegue de fuerzas militares, aviones y helicópteros, escuelas e instituciones educativas, así como charrerías y asociaciones de “cuerudos” fue excelsa. Estoy de regreso en el DF si apenas por algunos días. La vida sigue, llena la agenda como siempre, de actividades, personas por ver y mucha negociación por hacer. Desde hace un par de meses que pienso que debería de abrir una agencia de relaciones públicas; hay algo que me interesa en el asunto y siempre he sabido que me viene natural el conocer gente y hacerla encajar con otros, conocer a más individuos, etc. El tráfico de influencias, después de todo, es el fuerte de este país en el que si no conoces a nadie estás fuera.

Me enojé un poco conmigo mismo el día de hoy porque tengo aún tanto que compartir y resulta que no me doy el tiempo de escribir tanto como me gustaría ni de compartir todo lo que vivo día con día. También hay hartos textos académicos que escribo cotidianamente con relación a la política mundial que no comunico por esta vía y que creo que vale la pena hacerlo (ya me dirán si no). El punto, al final, es que los días se me van como agua entre los dedos y yo sigo con la misma cantidad de actividades. Apenas noté que mi pequeñín OhlaMex ya cumplió un año y yo, tan inconsciente como suelo ser, ni siquiera celebré su cumpleaños. Como vale más tarde que nunca, pues le dedico un en hora buena a mi creación que lleva tantos días transcurridos, tantos sentimientos y tantas ideas ha visto fluir.

Hasta mañana, que ya será otro día…