Me enojé un poco conmigo mismo el día de hoy porque tengo aún tanto que compartir y resulta que no me doy el tiempo de escribir tanto como me gustaría ni de compartir todo lo que vivo día con día. También hay hartos textos académicos que escribo cotidianamente con relación a la política mundial que no comunico por esta vía y que creo que vale la pena hacerlo (ya me dirán si no). El punto, al final, es que los días se me van como agua entre los dedos y yo sigo con la misma cantidad de actividades. Apenas noté que mi pequeñín OhlaMex ya cumplió un año y yo, tan inconsciente como suelo ser, ni siquiera celebré su cumpleaños. Como vale más tarde que nunca, pues le dedico un en hora buena a mi creación que lleva tantos días transcurridos, tantos sentimientos y tantas ideas ha visto fluir.
Hasta mañana, que ya será otro día…
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