Bueno, para los que no me han leído en los últimos pedazos de mi trecho les va un recuento rápido (pues sigo estando en la selva, pero como a mi SI me gusta estar INN pues obvio estoy en el internet de adentro de un templo erótico en Kajuraho en donde me cuesta 4 vacas y dos dientes de tigre matado a mano limpia estar 15 minutos). Como venia diciendo, las ciudades grandes (sobre todo Delhi y Agra) son la cosa MÁS contaminada que hayan visto en sus vidas. Delhi saca mucho de pedo, sobre todo cuando se llega, hace calor como si uno aterrizo a medio wok y despues le echaron las especias encima (ergo los olores, colores y sabores del aire).
La primera semana (que cumplo hoy) ha sido de locura. Delhi lo vi corriendo y salí corriendo, la verdad es que me espantó corriendo. Me fui al sur a visitar Jaipur, Orccha y Agra (la de Aladino). Si toda la universidad en relaciones internacionales especializadas en negociación y las interminables juntas para la Aldea no fuesen suficientes, India es EL lugar para aprender a negociar. TODO precio se puede partir por lo menos a la mitad del establecido originalmente y por tanto mis ropitas que me compre ayer y cuya cuenta ascendía a 2mil rupias terminaron en 800 (jiji). Lo que si es que uno debe tomarse las cosas con mucha alergia, relax y buen humor. La puntualidad no es tal, las cosas no funcionan y por mucho que me recurre el pensamiento de estar en Cuba, Habana Vieja al observar hoteles y edificios que fueron maravillosos hace treinta años, no me cabe que la Independencia fue apenas hace 50. Luego pues que no ha habido, desde Ghandi, gran transformación en la estructura política (para mejor) y que todos vestiditos con pijama y todas con Sari florido podrían ahorrarse un paso en la igualdad comunista de forma fácil.
Mi viaje en gran parte ha sido en coche. Dada la incomprensión inicial que mostraron los compatriotas por el inglés de la reina (que obvio yo hablo), mas el estrés que causa que TODOS te pidan dinero cada medio minuto y te inviten a sus tiendas, decidimos rentar un coche con chofer (cosa que resultó tan barato que es irrisorio). Comentario al margen del asunto es que el que te inviten a sus tiendas día y noche ha resultado una experiencia maravillosa para la irreverencia y mente ágil del mexicano que les relata. He inventado todo tipo de artimañas para no comprar. "No tengo dinero", "no soy de aquí y no quiero", "me falta mucho viaje y no quiero cargar", "soy local" (pronunciado en mi mejor hindi y moviendo la cabeza), "no no no y no", pero el mejor me vino ayer. Me metí a un restaurante italiano por estar harto de la comida local y abajo había una tienda. Obvio me pasé de largo pero el que atendía no me dejó pasar tan fácilmente. Entonces me dijo, "you looking handsome", a lo que contesté con sonrisa (ya ven ahí mi debilidad, el ego). Bueno pues me dijo, "after dinner" y yo dije "ajá"... pues resulta que after dinner hice lo posible para pasar de largo sin ser observado pero mi galanura fue mi falla una vez más (jua jua) y me saludó y persiguió por dos cuadras con el conocido "hallo"-- entonces me recetó el típico "come to my store... just see... no buy" y todo mi ingenio mexicano revolucionó contestando... "just see, no buy?", "yes", "if just see and no buy, why see at all, isn't a shop for buy?" le pregunté sonriendo... me dejó atrás en lo que se rascaba la cabeza... el que ríe al último ríe mejor!
Los meseros en la selva son Moglis andando en pleno libro de la selva, yo río infinitesimalmente-- Las vacas andan por doquier y yo me tomo la foto con cada una... pero cuando los jóvenes me ven, los que se quieren tomar la foto conmigo son ellos... Como en ningún país que haya jamás visitado, en India he pasado de ser el observador al observado-- la gente (sobre todo los viejos) no pierden detalle. La barrida mas monumental que puedan recordar de sus años secundarios es cosa de principiante, de arriba a abajo sin perder milímetro, con atención y mirada fija, hablan de tí en tu cara en hindi y señalan y ay de ti si los ves porque te mantienen la mirada sin miramientos, osease con fijación. Ninguno de mis protocolos mexicanos pues'n.
Ayer pase por un taba (la cafetería de calle con quesadillas de tres marias -que obvio ellos no llaman así- en donde sirven el tchai más maravilloso que puedan haber probado por escasas 5 rupias) -- me pedí uno y un señor me ofreció un cigarro local-- yo siguiendo consejo de mi chofer dije "haa" -- si -. Entonces vi a lo lejos una niña que estaba moliendo tomates en nada más y nada menos que la versión hindi de un molcajete, y yo dije "salsa, salsa, salsa!" Le tomé una foto a lo que la niña respondió con polvo (que dejó al salir despavorida). El señor se me quedó viendo y dijo en hindi lo que yo interpreté como "eres mexicano" (aseveración, no pregunta). Me sonreí en lo que el hacia en lenguaje corporal a que metateaba para hacer tortillas. Me dio mi tchai.
Las bellas carreteras con parajes bucólicos, ... "de un solo carril que están en perfecto estado, monitoreadas por cámaras, perfectamente señaladas y con un GPS que hasta te avisa cuando ya te equivocaste de camino, cuando rebasas la velocidad permitida, cuando te tienes que tomar un descanso o cuando hay una atracción turística cercana" que ha visto la Cheer, tienen tropicalizaciones y diferencias con lo que en el cono invertido. Sigue siendo un solo carril pero las cámaras las traigo yo tomando a todo lo que se atraviesa. Que es mucho por que en el camino hay niños jugando (como si fuese privada de la del valle), vacas, perros, mujeres barriendo, bicis por doquiera y los famosos rickshaws que Elvirita llevó al Centro Banamex. La velocidad máxima de 20 es súper pasada al ir a unos 100; los baches no terminan por lo que uno va brinca y brinca; el juego de gallina en teoría de juego se cumple a la perfección y el camión cargado de unas varias toneladas de trigo que viene enfrente de ti no vira volante sino hasta a unos centímetros de impacto. Resulta ser muy entusiasmante y aventurero hasta que uno se topa con accidentes de camiones volteados, buses de niños de cabeza y coches allá abajo en el barranco. Aqué es cosa del diario y casi en toda carretera vemos un caso.
Por demás los hoteles son verdaderos palacios en donde te tratan como Maharaja por menos de 500 pesos la noche. Con servicio de todo tipo, albercas y jardines mugales que impresionan al más estricto perfeccionista y con templos maravillosos del sigo 900 AC en el patio trasero. Con la pijamas de algodón o seda como mi vestido diario, es difícil no sentirse como príncipe de paseo por las tierras de verano (con todo y ego incluido).
Ahora me piro a tomar mi tren a Varanasi, la ciudad del rio sagrado (Ganga) y epicentro de todo Hindustan en este planeta. Me pretendo bañar en Holly Mother River Ganga con todo y cow-sits (adorable forma local de decir ´mierda de vaca´) y cenizas de hombre cremado y lavadas de ropa y todo lo demás que sucede a orillas del ducto. Promete, según mi Lonely Planet, ser otra ciudad más contaminada pero con misticismo al respecto para compensar. Todo ello antes de tomar mi vuelo a lo que prometen ser paradisiacas playas en el sur del sub-continente en donde me perderé, espero yo, entre elefantes y barcos en la infinidad de mis sueños más guajiros que se cumplen en cada instante.
Besos y abrazos-- o tata como se dice acá--
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