Caminante no hay camino, se hace camino al andar

de Antonio Machado, claro está. No sé que pensar. Creo, una vez más, que Galeano está en lo correcto. Si Alicia, la del país de las maravillas, viniera a nuestro mundo hoy en día no necesitaría mas que asomarse por la ventana para encontrar el mundo de cabeza. Con la izquierda a la derecha y viceversa, con Reforma parada y Madero convertida en un gran mercado propagandístico y las letrinas instaladas en el Zócalo costándonos más de lo que nos pudiéramos imaginar. Con gobernadores que prefieren gastar unos cuantos millones de pesos antes de dejar hablar de homosexualismo y masturbación en los libros de educación público. Con las secundarias quitando del todo la historia y el civismo de sus programas, con el gober precioso aún impune y otro centenar de quejas y críticas que podría yo encontrar en un abrir y cerrar de ojos. Vivimos en un mundo anárquico, ¿cómo esperamos que los países no lo sean? ¿que los individuos no se acostumbren? La educación es vista como un medio para la adaptación de los burgueses y pequeños burgueses al sistema capitalista para ser absorbidos por las modas y pautas de mercados. La gente se desespera en el tráfico y gritan a los transeúntes groserías por tardarse 5 segundo más en cruzar la calle. ¿Qué fue del respeto, del valor? ¿Qué fue de los derechos humanos y de un sistema jurídicamente igualitario? ¿Qué fue del Estado de derecho?

Los líderes de hoy manipulan información al antojo y los medios de comunicación se han convertido en grandes canales de ventas. La Sociedad Civil se ve imposibilitada a moverse conforme a la ley por lo burocratizado del sistema, por lo complicado y las trabas que se le anteponen. Y al final del día, ¿qué impacto y trascendencia tenemos en el mundo? ¿Siquiera existimos se pregunta Sartre? Yo sigo sin saberlo; intuyo vivir y pretendo actuar. Busco analizar y comprender el mundo que me rodea y sin embargo, no logro ni controlar mi forma de ser. Hay que ser fuertes para guiar cualquier proyecto, cualquier idea. Vivimos en un mundo en el cual lo novedoso es absorbido por el sistema, donde lo único es clonado y donde crear conciencia resulta la tarea más ardua para los jóvenes altruistas. Mi lucha, sin referencias totalitaristas, es verídica, es real y es eterna. Sin embargo, ¿mis ideales son correctos? ¿mi metodología es común? ¿mis ojos son ciegos? ¿vemos más allá de lo que los ojos nos dejan ver?

PS. Gracias a Majo por los comentarios.