YouthForce Toronto 2006
Fue viernes
No entiendo por qué me empujas cuando mis intenciones son honestas en cuanto a mi compañía. Tal vez en realidad lo entiendo sobremanera y lo analizo con una simple pasada, como el cuchillo que embarra mermelada en el pan tostado. Luego simplemente le doy la mordida y disfruto. Es decir, no me detengo en preparar el bocado hasta el cansancio pues prefiero simplemente comer. La vida está hecha para vivirla y no para pensar al respecto de ella. La otra no se despidió de mí y aunque a mí me vino sin importarme, su pregunta me molestó. La sociedad empuja a que sucedan las cosas en la forma en la que no deben suceder. Mi utopía me permite imaginar infinitas veces cómo deben ser las cosas; después suceden de otra. Tu llamada me sorprendió. Más porque demostró más de lo que tú crees y menos porque la plática y excusa fue estúpida. Hoy camino de puntitas y me entrego a mí mismo. No hay razón para no ser uno mismo. En cambio, de otra persona estuve esperando un “ring” todo el día y una vez más termina sin ello. Más porque mantienes un enojo contra mi ser que porque no me quisieras llamar; yo te perdono. La luna brilla en lo alto y me siento contento de lo que soy y de lo que tengo en mí. Mañana el sol saldrá una vez más y yo comeré un poco menos que hoy; lo de hoy fue un lujo.
“Es difícil explicarse sin explicar lo difícil que es explicar”
Ni modo, tarde o temprano tenemos que afrontar nuestros miedos y nuestros demonios. Después de que uno se da cuenta de que en realidad nuestro sufrimiento no es tanto, perdemos el miedo a lo que pensamos que nos puede destruir. Lo que importa no es si sentimos que quizás hemos crecido a ser mejores personas. En realidad, lo que vale es que nos explicamos a nosotros mismos por qué pensamos de cierta manera o por qué caemos en patrones que consciente o inconscientemente habíamos/hemos emprendido y adoptado.
En las últimas semanas me he dedicado a educarme a mí mismo. Es decir, he pasado del conocer una cultura distinta y un modus vivendi que me es ajeno, a cuestionar mi forma de ser. En efecto, la identidad es lo que construimos en oposición a lo que no consideramos ser parte de nosotros. Así pues, construimos lo que somos basados en lo que podemos definir que no somos. En un grupo de ambos géneros en los que hay puros estudiantes y un trabajador, el trabajador se definirá como un hombre que no es estudiante. El mismo trabajador rodeado por puras mujeres trabajadoras se definirá como hombre trabajador. De igual forma, el conocer una cultura distinta a la nuestra nos aleja de todo prejuicio (siempre y cuando mantengamos nuestra mente abierta, de lo contrario caeremos en xenofobias, racismos y otros tipos de discriminación) y nos acerca a demandarnos explicaciones a nuestra propia forma de ser y de sentir; nuestra forma de comportarnos.
Al iniciar un nuevo episodio de mi vida en el que lentamente voy cerrando un capítulo que veo concluido y un ciclo que llega a su fin, me veo con la intención y gana de explicarme a mí mismo lo que me es difícil explicar a los demás. Para generar un buen resultado hace falta que racionalicemos nuestros pensamientos y sentimientos y nos aventemos a encontrarnos con lo que nos gusta y lo que no nos gusta, con el bien y el mal que radican dentro de nosotros mismos. Como expresé anteriormente, es necesario que aceptemos la tristeza y felicidad, egoísmo y dadiva, ira y laisser faire, pasivismo y activismo. De esta manera quizás podamos acercarnos un poco más a vivir de forma plena; siendo y estando en cada momento.
Para esto vivimos
Supongo que lo que más me molesta de los comentarios de A. en cuanto a lo que he(mos) logrado en los últimos dos años es que hasta cierto punto tiene razón. ¿Será que quizás corrí tanto en el pasado que hoy estoy cansado aún cuando falta mucho trecho? Últimamente simplemente no tengo el ímpetu y ánimo para terminar lo que empiezo; no hay excusa detrás de ello, ni siquiera me interesa justificarlo. Por el contrario, busco si acaso comprender el por qué, los motivos. Me siento fuera de mí mismo y no tengo el denuedo para terminar lo que comienzo. Después de tantos años, no veo para qué. He peleado muchos batallas que no son mías, me he lanzado tantas veces al vacío que el caer y golpear el suelo ya no duele. He tenido tantas musas y tantos motivos para seguir y al final la historia siempre es la misma; pero más importante, lo último se mantiene constante. Ya no hay emoción en recorrer la historia nuevamente.
Durante muchos años he querido culpar a la cotidianidad de mi aburrimiento paulatino de las cosas. Hasta ayer observé que no es cierto. Gozo mi vida diaria pequeño burguesa. Me distraigo en actividades sin chiste y sin trascendencia. Aunque en ocasiones ello me puede provocar un mal sabor de boca o al menos un peso moral, en realidad lo sigo haciendo lo que indica que es un sentimiento al que me he vuelto de alguna manera dependiente. Entonces viajo, con lo que he ganado o con lo que creo que me he ganado. Mi actitud es desinteresada y egoísta pues busco olvidarme de todo y encontrar nuevas emociones, conocer gente nueva que me interese.
Creo que tengo aún mucho por luchar y muchas metas que alcanzar, pero también me queda claro que tengo que escoger entre todas las que me planteo. Lo anterior nunca me ha sido fácil; siempre me ha gustado hacer todo lo que pueda hacer. Sin embargo, prueba de todo lo que he dicho en las últimas líneas es que me fui a una fiesta y apenas regreso; me sigo evadiendo. Es decir, me fui sin terminar y apenas busco concluir. Una vez más, dejo todo inconcluso; hasta esta entrada.
Estoy de acuerdo con L. de que todo el que tiene un blog no es porque quiera escribir para uno mismo. Para eso uno escribe en un cuadernito y lo guarda bajo la cama. Si uno redacta en un blog es porque tiene la necesidad de escribir, pero además tiene el ímpetu de ser escuchado y leído. En realidad, tener un blog significa adquirir una responsabilidad, para con el público y para con uno mismo. Eso es lo que me gusta de esta tecnología; no sólo escribes para ti mismo sino que te obligas a seguir escribiendo… para los demás, para los que te leen, para los que puedes caer en tu telaraña; para la sociedad.
Después de todo, como en un inicio, independientemente de si tienes las ganas o no, todo tiene el objetivo de permanecer en la comunidad, en lo social, en la meta para la que uno nace, se reproduce y muere. Entonces, sin importar si me canso o me fastidio, el fin último de mi vida es lo que siempre he sabido en mi alma y para lo que vivo. Hay un algo en lo que hago que no importando lo que dejo de hacer siempre me obligo a seguir en esa dirección.
No estamos
Salimos a reconstruir el mundo (interior)
para después poder trabajar en el mundo (exterior).
Estamos trabajando
Anoche tuve interesante discusión con D y A en un bar de La Colonia. Si bien estoy en desacuerdo en varios puntos que tocaron, me parece pertinente escuchar y deleitarme con la contrariedad y subjetividad que todo punto presenta; es decir, la capacidad de debate que podemos encontrar en el todo. Aún más, me parece burdo e incongruente criticar algo a lo que personalmente no le haces frente. Sin embargo, como repetí hartas veces ayer en la tarde, a cada quien le llega su momento de hacer cada cosa. No podemos presionar para que ese momento suceda y no podemos demandar a los demás que atraviesen cierta experiencia.
Hoy comenzamos a trabajar en un nuevo mundo…
Quedarse sin poder
Todos tenemos una adicción común: el poder. No sabemos que lo tenemos, pero se esconde y nos llena, hasta el momento en el que nos lo quitan. Es entonces que nos damos cuenta lo mucho que lo necesitamos. Sin importar si es poder político para influenciar a las masas, si es poder económico para comprar lo que deseamos o poder con el único deseo de darnos la oportunidad de escoger. Presentarnos opciones de entre las cuales podamos seleccionar. Pues en el momento en que no tenemos opciones, cuando no tenemos poder, es como si estuviéramos solos y sin libertad. Dependientes y sin la posibilidad de poder sobre nosotros mismos.
Día Internacional de Voluntario

El Día Internacional del Voluntario para el Desarrollo Económico y Social (DIV) fue adoptado en primera instancia por
Sin embargo, a mí en lo particular me interesa lo que sucede mañana; es decir, un día después del DIV. Aunque en México no existe una cultura del voluntario en general y el día de hoy no se festeja como se hace en otros países, el 6 de diciembre sigue teniendo los mismos resultados e impactos en todos lados. En realidad, lo que sobreviene es el olvido del voluntariado hasta el próximo año. Si bien creo que no es necesario recordarlo todos los días, pues lo que importa es vivirlo continuamente, si es importante darle su lugar en nuestra cotidianidad.
Transgénicos y TLCAN

Mucho se ha dicho en torno a los transgénicos. Hace un par de años tuve una larga discusión con JJ en la cual acordamos que él escribiría en torno al tema. La verdad es que hoy día sigo esperando que escriba sus opiniones. Empero, el tema sigue vigente y es esencial que sea debatido entre las distintas sociedades.
En el caso particular de México me preocupan dos cosas: 1) a diferencia de otras naciones, México no invierte mucho en investigación y por ende, en este tema, nos vemos y veremos rezagados –para ello hay varias explicaciones que retomaré más adelante y 2) al ser socios comerciales de países como Estados Unidos y Canadá en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) nos vemos directamente afectados por los avances que se logran en dichos países.
Para elaborar en el primer punto, me queda expresar una preocupación en particular. A diferencia de Estados Unidos y Canadá, México no invierte en investigación porque en realidad hay poca demanda de ello. Es decir, no sólo el problema se refiere a que los investigadores sean mal pagados y tengan poco presupuesto para conducir la experimentación. En realidad, también hay un problema de fondo que es que las empresas y universidades tienen un contrato que es usualmente efímero y corto. No existe una vinculación entre la investigación que se hace y la demanda de ésta. Esto último, claro está, sí sucede en Canadá y Estados Unidos en donde existe un ligue entre casas de estudios, organizaciones no gubernamentales y empresas privadas.
En el segundo punto me inquietan dos temas en particular dado que nuestros socios comerciales (Canadá y Estados Unidos) se encuentran a la cabeza mundial de la investigación en biotecnología. Ello conlleva en primer lugar a que ellos vean reflejado en sus ganancias nacionales anuales lo que implica la exportación de ciencia y tecnología. Si bien esto lo sabemos desde hace tiempo, lo que en particular me fastidia en el marco del TLCAN es que esto sólo coadyuva a agrandar las diferencias económicas entre nuestras naciones.
En segunda instancia se encuentra el hecho de que en tanto que socios comerciales, nos vemos obligados a ofrecer ciertos beneficios a nuestros vecinos. Por ello, desde hace más de veinte años hemos abierto nuestras fronteras para que vengan y prueben los experimentos transgénicos a nuestras tierras y vendan a nuestra sociedad desinformada lo que en sus sociedades no se aceptaría.
Para concluir los últimos dos puntos, me queda decir que no es demasiado tarde (nunca lo es). Si México desea hacer un intento por equilibrar la balanza dentro del TLCAN hay varias reformas que debe hacer (el tema nunca se vuelve viejo). Debemos de entrada enmendar nuestra legislación con el ideal de proteger a los conciudadanos mexicanos con respecto a los granos y comida transgénica. En lo personal me muestro a favor del derecho a la información. Es decir, basta con que el gobierno obligue a las empresas que vendan productos modificados a advertirlo en sus empaques, ya quedará al juicio de cada individuo el tomar una decisión. Esto último, por ejemplo, no es el caso de nuestros vecinos norteños. En ambos países, la ley sólo obliga a avisar de cambios genéticos cuando el alimento es sustancialmente distinto en cuanto a su valor nutricional o podría tener consecuencias alérgicas.
Por último, es necesario que México comience a hacer planes más allá de cada sexenio. Si bien Fox comenzó de alguna manera al atreverse a planear 15 años más adelante, esto no es suficiente. Es necesario que imaginemos posibles escenarios futuros y estemos preparados para lo que venga en nuestro camino en tanto que nación. Aún más, México debe exigir a Canadá y Estados Unidos ciertos incentivos en tanto que socios comerciales. Si verdaderamente deseamos que el TLCAN se vuelva un instrumento que contribuya al desarrollo de las tres naciones (y no sólo de las privilegiadas) es necesario darnos nuestro lugar. En la Unión Europea se creó un fondo para el desarrollo de infraestructura básica para los países menos pudientes como España y Portugal entre otros. Hoy día, España es una de las economías más activas y productivas de la Unión. En el caso de la integración regional de América del Norte (vía TLCAN) ¿por qué no existe un fondo para lo mismo? ¿Por qué no creamos programas conjuntos para resolver los problemas de migración y narcotráfico? El reto está en las generaciones que hoy obtienen los puestos de poder. El ideal es ser inventivo y lograr darle un nuevo giro a una relación que se ha mantenido ceteris paribus por más de doscientos años.
Soltando los dedos -perdón-

Se siente raro. Hace tiempo que no recibía comentarios escritos y públicos con respecto a mis entradas; lo aprecio C. También aclaro que es en lo referente a la parte pública también porque con respecto a porque no soy escritor recibí comentarios muy buenos y profundos de Mater.
Hoy descubrí una nueva razón por la cual viene bien escribir: soltar la lengua, o bueno, los dedos en este caso. Desde hace tiempo me había percatado que en el momento en el que yo pretendo escribir me tengo que sentir cómodo, tengo que estar en un ambiente que me guste, tengo que tener suficiente luz y además debo lograr llegar al punto de poder soltar mis ideas pero sin llegar a sufrir verborrea y simplemente yuxtaponer palabras sin sentido alguno (me ha pasado). Entonces pues, en estos días que tanto tengo que escribir para la academia, he percibido que si como preámbulo a mis ensayos escribo una entrada en mi blog, para el momento en el que llego a la redacción “intelectual”, mis dedos y neuronas se encuentran en el estado justo para poder redactar.
Entonces pues, les tengo que pedir una disculpa a los que me leen. En primera instancia porque les tocan esas primeras líneas que poco de profundidad tienen (a veces) y en segunda porque abuso de su tiempo con sentimientos indiferentes (me ha pasado).