Hay una canción cuya letra es parecida, pero cachondona. Pero yo tenía una vecina maravillosa, viejita con bastón, alemana de nacimiento, muy comprensiva, simpática y a quien saludaba esporádicamente cuando la encontraba en el eleador. Nunca supe su nombre, pero nuestras pláticas de elevador son memorables.
Una vez sola me invitó a su departamento en el que tomé agua, le chiflé a sus cotorros y admiré sus fotografias que contaban muchas historias interesantes.
Anoche murió mi vecina y le deseo lo mejor en su próxima vida!
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