Durante los últimos días he estado intentando encontrar orden en el caos. Sucede que el orden universal es de dicha forma; caótico. No entiendo muy bien porque hay personas que se ven obligadas a abandonar sus proyectos. Tampoco lo intento en demasía pues quizás no es mi lugar entenderlo (al parecer tampoco el de ellos). A mis amigos C. y L. les deseo la mejor de las suertes en sus nuevas vidas. Por el otro lado, tenemos nuevos personajes con los cuales lidiar en la cotidianidad; no sé aún si para bien o para mal. Ya se verá…
Mi verano fue extenso. Dos semanas llenas de emociones, de vagancias, de lecturas y de sueños. También dos semanas llenas de copas de vino, de daiquiris de mango y de baños seguidos. Ahora, cuando finalmente regreso a mi maravillosa capital me veo con ganas de dejarlo todo pues me veo cansado, veo como sigo en el mismo lugar desde hace tiempo. Sin embargo, el trabajo se me facilita pues hay quienes se van antes de que yo pueda decirles “vete”. En mi cerebro suena una cancioncita cursi y trillada, pero no deja de repetirse…
No vuelvas a mí aunque te quiero
No vuelvas a mí aunque te extraño
Te necesito aquí
Pero tu amor ya no es para mí
Todavía me acuerdo de ti
Todavía siento que estas junto a mi
Ni el tiempo, ni el espacio
Podrán borrar lo que me hiciste soñar,
Que aprendí una nueva ilusión
Me recordaste que existe el amor
Y aunque perdida estuvo mi alma
Ya no estarás más junto a mi
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