Guerra contra el narcotráfico

Es actual. No se sientan como en sociedad veinte años atrás, por favor.

Estoy atascado en un terrible embotellamiento en la autopista de México – Toluca con harta neblina y un poco de nieve. En lo que lentamente avanzo (dejen de lado cualquier símil con la vida personal) me pongo a pensar en el tan desgastado y polémico debate del narcotráfico en nuestro país. Como buen internacionalista me toca analizar desde un nivel sistémico que me permita entender lo que nos aqueja y su impacto de mejor manera en el globo.

Me preocupa como siempre el estado de derecho mexicano. El problema, como lo anuncié hace ya casi un año en una mesa redonda denominada “México y el estado de derecho tras la elección presidencial de Felipe Calderón”, es lo que puede ocurrir cuando las leyes no se hacen cumplir; es decir, cuando no existe un estado de derecho. Y la pregunta que nos es obligada es: si no vamos a cumplir las leyes, ¿para qué las tenemos?

Gobernadores, senadores y la clase política federal anunció hoy por doquier que el ejército es el único capaz de entrar a dicha guerra. Y por supuesto, pues hoy día tanto políticos como policía se encuentran más inmiscuidos con los mismos traficantes que no hay mucho para donde hacerse. Ahora bien, ¿por qué es tan preocupante que se entremeta el ejército directamente? Sencillo: si el ejército resulta ser un fraude y no se logra llegar a una solución a los problemas que nos aquejan, la única institución respetable y respetada que le queda al Estado mexicano se vendrá abajo. Y entonces, ahora sí… No de a gratis, amigos lectores, hoy se creó ex profeso una nueva institución que piensa hasta cierto punto cubrir la espalda del ejército; hablo del denominado Cuerpo Especializado de Fuerzas Federales (CEFF) y créanme cuando les digo que en los futuros meses vamos a escuchar harto de dicha CEFF.

Bueno, ¿y qué representa esto para México desde una óptica global? Como anuncié en un principio, lo más preocupante es que ante la comunidad internacional se entiende que el Estado mexicano es uno no existente y conlleva como es de suponerse, impactos políticos y económicos.

Además, le da razones a los gringos para desconfiar de nuestra propia seguridad haciendo así posible interferir de manera directa, independientemente de si nuestro gobierno los invite de antemano o no. También le permite atrasar ciertos temas harto importantes como lo es la migración o el ideal del Tratado de Libre Comercio que sería una región abierta en todos los sentidos y por ello, de libre tránsito.

Es ingenuo intentar resumir el análisis en apenas unos párrafos mas estos sirven de libertadores de mis emociones y pensamientos, haciéndolos entonces útiles en su totalidad.

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