La vida va pasando mientras nosotros apenas nos damos cuenta, suelen decir. Sin embargo, resulta que yo pienso lo contrario. La vida pasa y corre porque nosotros nos damos cuenta. ¿Por qué es si no que cuando somos chicos el tiempo que va entre nuestro cumpleaños y navidades es siempre eterno? Mi idea es sencillamente que entre más pasamos tiempo en nuestra sociedad, más se nos graba la idea del tiempo, más conscientes somos de ello. Y es así que cada año se nos va máS rápido, pues comprendemos mejor la idea que nos ha implantado nuestro contexto del tiempo, del espacio, de la vida. Nos llega la interminable actitud de querer vivir cada momento al máximo, y resulta que el afamado Carpe Diem de Epicuro se nos va en las cosas sencillas de la vida.
Es por ello que sigue siendo efectivo para mi lo que alguna vez nos cantó Lorenzo il Magnifico en su afamado canzionere di Bacco e Arianna... ¡por lo menos por otro par de años más!
VAMOS JUNTOS!
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