Los resultados me los entregaron el mismo viernes, salí negativo como quería esperar. No he tenido ninguna actividad de riesgo, como se les llama... es decir, no tengo relaciones sexuales desprotegidas ni me inyecto drogas ni he tenido transfusión de sangre, tatuajes, etc...
Sin embargo, quise vivir la experiencia. Creo que es un proceso de racionalización del peligro. Para ponerlo en otras palabras y abundar un poco, toda prueba de VIH debe ser: a) absolutamente voluntaria, b) llevar un seguimiento de caso con apoyo terapéutico y consejería, y c) los resultados deben ser secretos. Esto porque no es lo mismo que tú vayas, por tus pistolas, a sacarte el análisis a que te manden. Racionalizas que tus acciones pueden tener consecuencias (conciencia del peligro) e independientemente del resultado debes tener un apoyo que dicho sea de paso no sucede en la mayoría de los hospitales de México (conmigo no lo hubo). Osea, deben ayudarte a comprender por qué quieres hacerte la prueba, si estás teniendo actividades de riesgo y si las tienes, que seas consciente de ellas para que después de la prueba puedas dejar de tenerlas (es igual de malo infectarse como re-infectarse para el sistema humano).
Generalmente el sentimiento después de una prueba con resultados negativos, cuando no hay seguimiento del caso de forma profesional y con consejería, es de todopoderoso y de "a mí no me pasará" por lo que el aprendizaje es nulo. Los resultados deben ser secretos porque sólo en la medida en la que tú lo desees debes compartirlos sin importar cuál sea el veredicto. Ello porque el estigma sobre el virus es aún grande. Si eres hombre y tienes VIH es porque eres homosexual, si eres mujer es porque eres prostituta. En realidad la forma de infección es amplia y no distingue entre preferencias sexuales, género, ni nivel socio-económico. Por eso es necesario que te logres aceptar con la condición que tengas para que después puedas abrirte al mundo; siempre sin importar el resultado.
Todo lo anterior para decir que es un proceso de aprendizaje. La racionalización de que existe un peligro continuo y permanente sin importar lo que hagas (al igual que en el cáncer) no significa que tengas que estar azotándote moralmente sin final. Más bien, debe ser un proceso por medio del cual: 1) te admites ser humano que tiene toda posibilidad de sufrir la misma enfermedad, 2) ves los alcances físico-psicológicos de la materia, 3) disminuyes las probabilidades de ser un caso más, 4) conscientemente te enteras que hay estigmas alrededor del virus o enfermedad, 5) empatizas más con la comunidad afectada y, 6) creces como persona.
Hay causas de transmisión del virus diversas, pues. Hoy día, los tratamientos son amplísimos y en contraste con la década de los 80, ya no te mueres en un año. Yo tengo amigos y amigas que llevan más de 20 o 25 años viviendo con el virus. Ello nos habla de que hay adelantos en la medicina y de que hay adelantos en nuestra especie (la humana) porque ya hay personas que no sufren las consecuencias de enfermedades oportunistas del VIH como se veía en los casos de veinte años atrás. Sin embargo, como en todas las enfermedades, sí es muy importante que se detecte lo antes posible y que se evite, en la medida de toda posibilidad, transmitir el virus. Ello no significa que una persona con VIH deba o no tener relaciones sexuales, eso lo debe decidir esa persona, no la sociedad. Sin embargo, vale la pena que nos aseguremos de nuestra condición pues no está escrito a priori que no fuimos parte de las pequeñas probabilidades que nos rodean. Al final, no tenemos nada que perder y mucho que ganar, un proceso de aprendizaje y auto-superación de nuestros miedos y el tabú social que se nos inculca por desinformación.
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