Ring de jóvenes: máscara contra cabellera


La semana ha sido de lo más pesada! Desayunos, comidas, cenas, fiestas, cursos, talleres, reuniones... Después lo de ayer fue sumamente emotivo e inspirador. La idea fue un ring de lucha libre (yo le digo debate de campana) en el que los jóvenes debatiéramos sobre nuestra participación en la política, de nuestro ser político, de nuestros acercamientos y distanciamientos, de cómo nos percibimos en las distintas trincheras y de pa´ dónde vamos a jalar.

Sí llegaron jóvenes de los sindicatos. Sí llegó el PRD con su plana mayor de jóvenes. Sí estuvieron los cuadros del PRI joven. Sí estaban las organizaciones de la sociedad civil, empoderadas hasta las cachas. Sí estaban los jóvenes universitarios, los estudiantes, los del barrio y los fresas. Fue una plurirepresentación maravillosa. De los 20 invitados llegaron 60 jóvenes. De los pandros a los rastos a los trajeados.

Yo les puse los refrescos, las palomitas y los nachos. Una alemana que conocí unas horas antes hizo de chica en bikini con los carteles de 1ra, 2da y 3ra caída. Le chiflaron y se sonrojó, se tropicalizó un poco más. La referí fue la maravillosa líder síndical Inés González junto con Klara Meyra de Elige. Condujeron las caídas sin problema alguno, fluiditas y motivando. Las primeras dos fueron tranquilas. Ya para la tercera se soltaron. Palabras altisonantes, gritos, máscara contra cabellera.

Mis opiniones sobre las industrias culturales integradas a la política, de las expresiones de la cotidianidad para innovar, proponer y con suerte mejorar, se me hicieron realidad. De repente, solté una lagrimilla en la comisura del ojo por la mera emoción de escuchar a un joven sindicalista poner en su lugar a las OSCs, de ver a los universitarios partiendo de la teoría política y a los del barrio apuntando sobre dichos pensamientos irrelevantes en la práctica. Aquí si vi al santo, al cavernario, a blue demon y el bull dog.

Al final, jóvenes de todas edades, de diversas disciplinas, de distintos ambitos de trabajo e incluso de varios estados del país. Todos con una opinión común: México se merece algo mejor. Todos con una conclusión: solidaridad. A mi me brincó la palabrita. No la escuchaba desde mi infancia con Salinas. Al colectivo le pareció que expresaba colaboración, organización y frente amplio.

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