Tiempo al tiempo


Mientras que la arquitectura avanza a pasos agigantados, tomada de la mano de los avances tecnológicos, se aprecia que existirá una nueva dimensión: el tiempo. La maqueta presentada por el italiano David Fisher promete ser la primera torre cien por ciento ecológica y autosustentable. El diario El País reporta el proyecto como un espacio en el que “cada una de las plantas de estos edificios en movimiento girará a la velocidad que escojan los inquilinos y rotará de forma independiente con respecto a los demás pisos, por lo que el edificio cambiará de forma constantemente”.

Me parece lo más sensato desde cualquier punto de vista. El tiempo permite que vayamos cambiando, nos vayamos adecuando y dejemos que nuestro panorama se adecue a nuestra realidad. Hay veces en las que nos vemos imposibilitados a comprender lo que nos pasa o por qué nos pasa. Con el tiempo, la forma cambia y nuestra perspectiva de las cosas se magnifica o se reduce, dependiendo de nuestra capacidad de análisis y observación, de auto superación y adaptabilidad a la impermanencia.

Habiendo dicho eso, creo fervientemente hoy más que nunca que la vida es un don y que tenemos aprovecharla al máximo. Aún más, hoy me queda muy claro que esta bendición debe ser compartida con nuestros amigos y familiares, con los que nos rodean diariamente. Nuestra vida es ya de por sí una experiencia pero debemos además aprender a reconocer el valor de las experiencias ajenas pues nos dignifican con su presencia. Un día ya no estarán ahí, así como nuestra vida no será nuestra. Entre tanto, procuramos aprovecharla y querer a los que hoy siguen vivos. ¡Gracias por existir y por seguir luchando para estar vivos! Ergo, seguís junto a mí.

De vuelta me fui

Hace tiempo que no viajaba y tenía tiempo de reflexionar un poco en la tranquilidad del paisaje. Resulta que después de varios meses de interno en mi propia ciudad, me había acostumbrado a la locura de la cotidianidad que me envuelve. La vida es un viaje, decía un autor que aprecio bastante y que me dio crecimiento. Lo post moderno de ello es que dentro del mismo viaje que es la vida hacemos viajes continuos por medio de los cuales vamos aprendiendo a lo largo de distintas experiencias. Yo he decidido que a partir de ya debo regresar a mi vida de viajero. Debo volver a observar la calma del horizonte. De las vistas verdes, de las cordilleras y montañas, de los atardeceres grises y de las luces que a lo lejos comienzan a brillar mientras que el sol cae y la noche va abriéndose espacio.

Así, las estrellas comienzan también a brillar en el cielo y con indiferencia me observan volver. Porque he vuelto a vivir a partir del día de hoy y encuentro el tiempo para recuperar mi esencia. El encuentro que me atemoriza es lo que me permite recordar quién soy y por qué hago lo que hago. Entrecierro los ojos y me siento tranquilo con dejarme dormir. Porque mi esperanza y alma humilde se siente tranquila con mi quehacer diario.

Es felicidad el poder irse, sin más. Veinte años errantes. Sin huir. Sin buscar. Solo vivir para después volver.

20 minutos de transporte públic en lunes

Por la mañana tomé mi proletario transporte al trabajo. Escogí el autobús que no tenía a nadie adentro para asegurar que me sentaría y además tendría lujo de escoger lugar. He llegado a la conclusión que debería existir todo un paradigma complicado que explique los factores determinantes que nos avisan, a priori, si el transporte será rápido o lento. Si se irá peleando con todos o será un apacible recorrido. Luego de quince minutos entró una señora embarazada. La cara de todos los que estábamos en el camión se torno en preocupada de un minuto al otro. Después nos tranquilizamos. Había todavía lugares así que nadie se tenía que mover de la comodidad. Luego de cinco minutos más entró otra señora embarazada, esta vez con su joven lleno de aretes y tatuajes esposo. Ahora sí ya no había lugares. Nadie se movió. Yo le dije que si se quería sentar. Ella accedió. Yo me levanté. Ella se sentó. Quedó un espacio al lado. Ella se me quedó viendo. Yo no dije nada. El gooei naturalemnte se sentó. Cinco minutos más tarde yo me bajé del camión y me encontré con un amigo que hace 3 días que no veía.